El ministro de Comercio, Simon Birmingham, ha anunciado que buscará la ayuda de la Organización Mundial del Comercio para resolver una disputa con China sobre los aranceles impuestos a la cebada australiana.
China impuso un arancel del 80 por ciento a las importaciones de cebada australiana en mayo, alegando que el producto se había importado “en contra de las reglas comerciales”.
Las tensiones comerciales entre Australia y China se han intensificado tras meses de disputas sobre algodón, madera, langosta, carne de res, vino y recientemente el carbón.
"Este es el siguiente paso lógico y apropiado que debe dar Australia", dijo Birmingham a los periodistas en Canberra el miércoles.
"Estamos muy seguros de que, según la evidencia, los datos y el análisis que ya hemos analizado, Australia tiene un caso increíblemente sólido que presentar".
China afirma que los aranceles son el resultado de una investigación antidumping, una afirmación rechazada por el gobierno australiano y los productores.
Se produce después de que China pareció defender su supuesta prohibición del carbón australiano y acusó a Australia de hacerse la víctima en el enfrentamiento comercial cada vez más tenso entre Canberra y Beijing.
Birmingham dijo a los periodistas el miércoles que el grado de riesgo de hacer negocios con China “sin duda había aumentado” a lo largo del año.
"El hecho de que China haya implementado una serie de decisiones que parecen ser sanciones contra Australia obviamente cambia el grado de riesgo para las empresas e industrias australianas", dijo.
La Federación Nacional de Agricultores australianos advirtió que los aranceles impuestos sobre la cebada corren el riesgo de quitarle casi $ 500 millones en valor a las cosechas de cebada actuales.
El ministro de Comercio insiste en que se ofrecieron todos los procesos y cortesías al gobierno chino antes de tomar la decisión de apelar ante el árbitro de comercio mundial.
Pero es poco probable que la decisión complazca a China, que ha cuestionado a Australia por "politizar los problemas económicos, de inversión y tecnológicos", en medio de crecientes tensiones entre Canberra y Beijing.
China también afirma que Australia ha discriminado contra las empresas chinas al negarles invertir en Australia.
En respuesta, Birmingham negó haber actuado mal y dijo que Australia simplemente actuó según su interés nacional.
También extendió una oferta de diálogo a China como una "vía de salida" para trabajar en la resolución de la disputa entorno a la cebada.
Sin embargo, durante meses, los ministros de alto rango del gobierno no han podido contactar a sus homólogos chinos debido al deterioro de las relaciones.
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