¿Australia hace bien en suprimir la COVID-19 o debe eliminarla como Nueva Zelanda?

Australia es reconocido como uno de los países del mundo que más éxito ha tenido en la lucha contra la pandemia de COVID-19 mediante un balance entre las medidas sanitarias y económicas, con el fin de suprimir el coronavirus. Pero el reciente rebrote en Melbourne y la propagación local en el suroeste de Sídney han motivado un fuerte debate en torno a su estrategia. ¿Debe proponerse Australia la eliminación del virus como Nueva Zelanda?

News Bulletin 2802

Jacinda Ardern and Scott Morrison in Sydney on Friday. Source: AAP

 La Defensa australiana ha desplegado unos mil soldados más para redoblar sus acciones en la lucha contra la COVID-19, principalmente destinados a tareas logísticas, en la ciudad de Melbourne, que vive un confinamiento de seis semanas por el rápido incremento de casos.

Pese a la gravedad de las infecciones en esta metrópolis de 4,9 millones de habitantes y del municipio rural de Mitchell, a unos 70 kilómetros de la capital de Victoria, centenares de habitantes han contravenido las restricciones al salir a la calle a jugar o se han reunido en fiestas, por lo que el gobierno estatal se plantea endurecer aún más las medidas de cuarentena.

Tras registrar varios días con más de 200 nuevos casos desde el rebrote, el premier de Victoria, Daniel Andrews, advirtió que si no se siguen las reglas actuales, "tendremos que pasar a restricciones adicionales".


Puntos destacados:

  • El rebrote en Melbourne costará unos $6,000 millones a la economía australiana.
  • Australia ha invertido más del 13 por ciento de su PIB en diversos planes para hacer frente a la crisis de COVID-19.
  • Tras el rebrote de Melbourne, en donde se cree se endurecerán las medidas de confinamiento, se debate en Australia la estrategia contra la COVID-19.

AAl otro lado de la frontera, en el estado de Nueva Gales del Sur (NSW, siglas en inglés), se lucha contra la propagación del coronavirus en el suroeste de la ciudad de Sídney, a raíz del brote en el Crossroads Hotel, y a pesar de que los casos aumentan diariamente, su premier, Gladys Berijiklian, ha descartado un confinamiento por el impacto que pueda tener en la economía.

"Definitivamente hay espacio para que consideremos qué otra actividad podría ser considerada de alto riesgo y consideremos cómo reducimos parte de ese riesgo", dijo el miércoles Berijiklian al abrir la posibilidad de aplicar otras restricciones como el limitar el número de reservas en los pubs.

En medio de esta situación que atraviesa Australia, que inicialmente tenía previsto reanudar sus actividades económicas plenamente este mes, se abre una interrogante: ¿debió Australia ser más radical en la lucha contra la COVID-19 y proponerse la eliminación del coronavirus como lo hizo Nueva Zelanda en lugar de suprimirla?

Los argumentos de ambos lados abundan en torno a la estrategia australiana. Sus defensores apoyan la reactivación económica y consideran que el país tiene que aprender a convivir con la COVID-19 hasta que se produzca una vacuna, pero otros apuestan en estos momentos por un enfoque más radical como lo hizo Nueva Zelanda, en donde sus pobladores desde el mes pasado ya no tienen restricciones de distanciamiento social. 

Pero el primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo el jueves que  la posición del Gobierno siempre ha sido de "supresión agresiva".

"Si se trata de una estrategia de erradicación... se habla de cientos de miles de personas más desempleadas para empezar, y de otros negocios que cierran y medios de vida que se destruyen y [es necesario sopesar eso] en relación con lo que se consigue" comentó el mandatario liberal.

Suprimir, eliminar o erradicar

Primero hay que entender los conceptos desde el punto de vista epidemiológico. El concepto de erradicación significa la ausencia global de un patógeno como se hizo con la viruela en la década de los ochenta, una situación en la que no estamos ni cerca respecto a la COVID-19.

La eliminación supone un alto control del virus en el que se pueden dar brotes mínimos, principalmente por la importación de casos, pero éstos no generan transmisiones locales. Las autoridades conocen los casos y los aislan como sucede en Nueva Zelanda, que en marzo pasado impuso una de las cuarentenas más estrictas del mundo para eliminar la pandemia. Hoy en día este país tiene un número reducido de casos activos.

La supresión supone aplanar la curva y tener un mínimo de casos que pueden ser controlados, mientras la transmisión local ocurre, pero a niveles aceptables.

La eliminación supone la introducción de medidas drásticas al inicio de la epidemia, mientras la supresión o mitigación implican restricciones a medida que aumentan los casos.

“Las diferencias entre una estrategia de supresión y una estrategia de eliminación son el rigor, el momento y la duración con que se aplican estas medidas, especialmente las restricciones de viaje”, explican Anita Heywood y Raina MacIntyre, expertas en bioseguridad de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW, siglas en inglés).

Pero la gran panacea es la vacuna, coinciden las expertas.

La estrategia australiana de supresión agresiva

Australia, que registra más de 10,450 casos y 111 fallecidos, ha aportado por una “supresión agresiva” y un fuerte régimen de pruebas para detectar la COVID-19.

El subjefe de la oficina de médica gubernamental, Nick Coastworth, dijo en un artículo de opinión publicado esta semana en el diario Sydney Morning Herald que Australia no está en condiciones de lograr la eliminación en momentos en que la transmisión mundial está aumentando.

“Es imposible sellar completamente las fronteras de cualquier país, incluso de un continente insular como Australia, y tampoco deberíamos intentarlo. Los viajeros que regresan, los buques de carga y las tripulaciones asociadas continuarán viniendo de países con una amplia transmisión”, señaló.

Asimismo Coastworth señaló que ningún país o parte de un país puede asumir que un período de eliminación local es una protección contra nuevos brotes en la comunidad.

“Nuestros sistemas son excelentes, pero nunca serán perfectos, y sería irresponsable que cualquier líder afirmara que lo son”, afirmó el alto funcionario médico al insistir que la eliminación da una falsa esperanza y defender la estrategia australiana.
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Por causa das medidas restritivas do governo australiano para conter a pandemia, ficou ainda mais difícil para familiares e amigos visitarem as pessoas idosas. Source: Getty Images/Nils Henrik Mueller

¿Camino a la eliminación?

Para el economista y experto en bioseguridad de la Universidad de Melbourne Tom Kompas, Australia se adelantó en la flexibilización de las restricciones, al considerar que quizá una semana más de restricciones en junio habría dado a la nación "una muy buena oportunidad" de eliminación.

Australia ha invertido más del 13 por ciento de su PIB en diversos planes para hacer frente a la crisis de COVID-19, que incluyen planes de subsidios a los desempleados y a las empresas para mitigar el impacto a la economía, que entrará oficialmente en recesión este año después de casi 30 años de expansión económica.

El rebrote en Melbourne costará unos $6,000 millones a la economía australiana y si el virus se sigue propagando sin control, el coste sería catastrófico.

"Abrimos un poco antes. Todos conocemos las presiones que sufre la economía, pero es mucho mejor en mi mente ir temprano, ir con fuerza, hibernar la economía y luego tratar de abrir bastante rápido una vez que la infección se haya controlado", dijo Kompas.

En su artículo en The Conversation, las dos epidemiólogas Anita Heywood y Raina MacIntyre indicaron que mientras el gobierno federal continúa abogando por su estrategia de supresión, algunos estados y territorios han demostrado la ausencia de transmisión comunitaria como son los casos de Tasmania, Queensland o el Territorio Norte.

Pero, las llegadas internacionales a esos estados (y a Nueva Zelanda) son comparativamente pequeñas, y el virus siempre iba a ser más difícil de contener en ciudades con llegadas internacionales importantes y altas densidades de población, como Sídney y Melbourne.

“Una estrategia de eliminación no habría impedido necesariamente el actual brote en Victoria, en particular si ya se habían levantado las restricciones de distanciamiento social”, precisan las expertas de la UNSW al recalcar que si “Australia continúa con su estrategia de supresión como si opta por cambiar a una estrategia de eliminación definida, cualquiera de los dos enfoques requerirá una vigilancia continua”.

Tranquilidad en el resto del país

Por su lado, Bill Bowtell, profesor adjunto de la UNSW y uno de los arquitectos de la respuesta de Australia al VIH, dijo que Australia estaba a punto de eliminar la enfermedad.

"Tenemos la evidencia frente a nuestros ojos", dijo a ABC Radio Melbourne.

"No creo que la gente quiera pasar por seis semanas de encierro en medio del invierno de Melbourne y salir por el otro extremo preguntándose si habrá otra si los casos vuelven a surgir. Vamos a por ello, creo."

Para el profesor Tony Blakely, de la Universidad de Melbourne, Victoria ya estaba dando pasos hacia la eliminación cerrando escuelas y animando a la gente a usar máscaras durante el cierre de seis semanas de Melbourne.

"Tenemos seis de los ocho estados y territorios de Australia que han eliminado la transmisión comunitaria", dijo Blakely a las 7.30, al insistir en que al mismo tiempo se contempla que “ en Victoria en el momento en que las consecuencias de la supresión han ido mal - es un gran brote que está ocurriendo.

"Eso seguirá ocurriendo en el futuro si el virus sigue circulando, lo que es increíblemente perturbador para la sociedad y la economía”, precisó.

Otros expertos, como el profesor de enfermedades infecciosas de la Universidad Nacional Australiana (ANU, siglas en inglés), Peter Collignon, creen que la eliminación sería "muy difícil de lograr y aún más difícil de sostener".

"Necesitamos ir por la supresión de bajo nivel a largo plazo, que es lo que hemos tenido mucho éxito en hacer", dijo el profesor Collignon a ABC News Breakfast.

Y otros dicen que Victoria debería centrarse en controlar su actual ola de infecciones antes de evaluar si se necesitan restricciones más estrictas.

Catherine Bennett, catedrática de epidemiología de la Universidad de Deakin, dijo que seguir la actual estrategia de supresión en Victoria podría muy bien llevar a la eliminación.

"Creo que, en esta etapa, subirla inmediatamente a una etapa cuatro [de bloqueo] es prematuro, pero habría que mantenerse en ella", dijo, y añadió que más uso de máscaras y pruebas generalizadas en la comunidad ayudarían.



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Published 16 July 2020 10:29am
Updated 16 July 2020 12:43pm
By SBS SPANISH
Source: SBS Spanish

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