Australia terminará de vacunar contra la COVID-19 a su población en octubre de 2021

Las autoridades australianas prevén que la población del país esté “totalmente vacunada” contra la COVID-19 para octubre de 2021, según dijo el lunes el ministro de Salud, Greg Hunt, al asegurar que la inmunización será voluntaria.

Greeces Prime Minister Kyriakos Mitsotakis receives a dose of the Pfizer-BioNTech Covid-19 vaccine at the Attikon University Hospital in Athens, on December 27, 2020. (Photo by KOSTAS TSIRONIS / AFP) (Photo by KOSTAS TSIRONIS/AFP via Getty Images)

Greeces Prime Minister Kyriakos Mitsotakis receives a doseCovid-19 vaccine at the Attikon University Hospital in Athens, on December 27, 2020. Source: AFP

Mientras el mundo mira con cautela la aparición de nuevas cepas de COVID-19, y comienzan las campañas de vacunación contra este nuevo coronavirus en diversas partes del planeta, en Australia, el gobierno de Scott Morrison prevé que la inmunización voluntaria de los más de 25 millones de habitantes del país oceánico comience antes de lo previsto y para culminar en octubre de 2021.

Así lo anunció el ministro australiano de Salud, Greg Hunt, quien anteriormente dijo que la campaña de vacunación terminaría a finales de año.

"Esperamos que todos los australianos sean vacunados para finales de octubre, teniendo en cuenta que (la vacuna) será gratuita, universal y completamente voluntaria”, comentó Hunt a periodistas al recalcar que el programa marcha bien, e incluso se ha adelantado a las previsiones.


Puntos destacados:

  • La población australiana terminará de vacunarse para octubre de 2021, en lugar de fin de año.
  • Las vacunas son gratuitas, universales y voluntarias.
  • Las autoridades australianas ya ha adquirido más de 134 millones de dosis de tres vacunas: Pfizer/BioNTech. AstraZeneca/Oxford y Novavax vaccine, que requieren aplicarse en dos oportunidades con un intervalo de varias semanas.

Australia, que tiene una tasa de vacunación infantil de más del 94 por ciento, ha sido escenario en algunas oportunidades de protestas de pequeños grupos de personas que se oponen a las vacunas por considerar que el gobierno intenta controlarlos o son nocivos para la salud.

Una encuesta de la Universidad Nacional Australiana realizada en noviembre de 2020 muestra que alrededor de tres de cada cinco personas manifestó que se vacunaría contra la COVID-19, mientras que un 13 por ciento no lo haría o probablemente no se vacunaría.

Desinformación en las redes

La página de Facebook “The Friends of Truth” ha estado difundiendo noticias falsas sobre el coronavirus e incluso compartió este año un sondeo realizado por el locutor Ben Fordham, de la radio 2GB y que fue compartida por el chef y representante de las teorías conspirativas Pete Evans, que decía que el 79 por ciento de los australianos se oponía a la vacuna.

Sin embargo, este estudio no se hizo de acuerdo con los estándares profesionales, dado que apuntó a sus seguidores y no a un segmento más amplio de la población para obtener una muestra representativa, según un trabajo de verificación de la ABC.

Reset Australia, una ONG que trabaja como parte de una red global contra las amenazas digitales a la democracia, pidió a la consultora YouGov un sondeo sobre las preocupaciones de los pobladores australianos respecto a la desinformación sobre las vacunas.
Coronavirus Pandemic Causes Climate Of Anxiety And Changing Routines In America
A protester holds an anti-vaccination sign as supporters of President Donald Trump rally to reopen California as the coronavirus pandemic continues to worsen. Source: Getty Images North America
La investigación, que fue publicada el fin de semana, reveló que el 85 por ciento de los australianos considera que la desinformación que se difunde en las redes sociales sobre la vacuna desalientan a las personas a inmunizarse. Otro 65 por ciento pide más transparencia por parte de las redes sociales frente a la desinformación.

Entre las teorías que se han divulgado, que, es que las vacunas alteran el ADN humano o se producen con tejidos fetales. Otra de las afirmaciones de los tildados "conspiranoicos" es que Bill Gates quiere insertar un chip en las personas, o que los gobiernos buscan controlar a su población. Otras falsedades que se han dicho es que causan autismo u homosexualidad.

"Una de las características definitorias del pensamiento conspirativo es que es autosellante, infalsificable y resistente a todo desafío. Irónicamente, la ausencia de evidencias a menudo se interpreta como una prueba de un encubrimiento masivo",

Las dudas frente a una vacuna no son algo nuevo. Siempre ha habido algunos escépticos desde que comenzó la vacunación. Poco después de que el Dr. Edward Jenner inventara la vacuna contra la viruela en 1796, comenzaron a circular rumores de que le saldrían cabezas de vaca a los cuerpos de las personas que recibieran la vacuna. 

Pero el tema es particularmente urgente ahora, en medio de los esfuerzos para poner fin a la pandemia de COVID-19, apuntan los expertos sudafricanos en políticas públicas Steven Lloyd y Charles Shey Wiysonge en la revista The Conversation.

"Los resultados preliminares de cuatro ensayos clínicos de las vacunas COVID-19 sugieren que son altamente efectivas en la prevención de la infección por COVID-19. Esto es prometedor. Pero la mera existencia de las vacunas no es suficiente. La gente tendría que aceptar y tomar las vacunas en cantidades suficientes para interrumpir la transmisión de la infección por COVID-19".

Vacunas para marzo

En medio de la polémica respecto a si las vacunas deben ser o no obligatorias, el ministro de Salud, Greg Hunt, instó a los australianos a vacunarse lo más pronto posible.

Se prevé que un 80 por ciento de la población pretende vacunarse.

Hunt indicó que las autoridades que regulan los fármacos están asegurándose de que las vacunas sean seguras y cumplan con todos los requisitos necesarios para que puedan inocularse.

Se prevé también que la primera en aplicarse en Australia será la de Pfizer/BioNTech, una vacuna con componentes genéticos que estaría a disposición del público a partir de marzo próximo.

La vacuna de Oxford/AstraZeneca, que no necesita conservarse en temperaturas de -70 grados, está afinando algunos detalles y se espera que pase todos los controles en Australia en febrero próximo.

El mayor logro científico

El fisiólogo español Juan Ignacio Pérez Iglesias escribió en la revista The Conversation que el 27 de diciembre de 2020 firmó como responsable legal de su padre, de 86 años, el consentimiento para que le sea administrada la vacuna de la COVID-19.

“No se ha alcanzado aún la meta final. Queda por delante un camino largo lleno de amenazas. Son miles de millones las personas que han de ser vacunadas, y pueden surgir dificultades aún. Hay quienes, por diferentes razones, prefieren no hacerlo".

"No sabemos aún cuál será el alcance de las campañas de vacunación, si llegarán hasta los últimos rincones del planeta o cuándo llegarán. No sabemos cuánto tiempo necesitarán los fabricantes para producir los miles de millones de dosis que serán necesarias, ni cuántos los miles de personas que morirán o enfermarán gravemente pocos días o semanas antes de recibir la vacuna. No sabemos si las variantes genéticas del SARS-CoV-2 que surjan le conferirán defensas frente a las vacunas que se administren. Tampoco si las vacunas, además de proteger a quienes la reciben, impedirán también que puedan contagiar a otros. Y, por último, no sabemos si tendrán efectos secundarios de alguna consideración cuando se vacune a millones de personas".

"Pero ninguna de esas amenazas, por reales que sean, pueden empañar el logro que supone la vacunación, con las máximas garantías que se pueden ofrecer, de millones de personas en los primeros meses de 2021, un año después del comienzo de la peor pandemia a que se ha enfrentado la humanidad desde hace un siglo”, agregó Pérez Iglesias.

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Published 29 December 2020 8:57am
Updated 29 December 2020 4:54pm
Source: AFP

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