“Ciudadanos soberanos”, negacionistas y creyentes en conspiraciones incumplen restricciones de la pandemia

La policía de Victoria acusa una tendencia preocupante de personas que se niegan a seguir las restricciones del coronavirus, entre ellos, personas ligadas al movimiento “ciudadanos soberanos”.

About 100 people in Melbourne protested lockdowns, vaccinations and 5G over the weekend against what they called the "coronavirus conspiracy".

About 100 people in Melbourne protested lockdowns, vaccinations and 5G against what they called the "coronavirus conspiracy". Source: AAP

El estado de Victoria afronta esta semana seguramente el período más complejo y duro en su lucha contra el coronavirus desde el comienzo de la pandemia. El alto número diario de infectados y muertos ha empujado a las autoridades a decretar restricciones más severas para sus habitantes, obligando, por ejemplo, a los ciudadanos a confinarse en sus hogares y restringiendo severamente su desplazamiento, cerrando gran cantidad de industrias y negocios, imponiendo el uso obligatorio de mascarillas faciales e incluso decretando un inédito toque de queda nocturno para la zona metropolitana de Melbourne.

Las duras restricciones de nivel 4 para la zona metropolitana de Melbourne y de nivel 3 para Victoria regional y el condado de Mitchell, sumado a las poco alentadoras noticias diarias en la lucha contra el coronavirus, han mermado el ánimo y el optimismo de los habitantes, pero también han puesto a prueba su capacidad y deseo de cumplir con cada una de las nuevas reglas impuestas.

Es en este sentido que la policía y las autoridades de Victoria han mostrado preocupación por el alto número de personas que se han negado a utilizar mascarillas faciales en la calle sin una justificación válida o, por ejemplo, por aquellas 800 personas infectadas que no se hallaban cumpliendo las cuarentenas obligatorias al momento de ser fiscalizadas en sus casas, tal como declaró el Premier Daniel Andrews en la rueda de prensa del día 04 de agosto. Estas violaciones a las reglas, entre otras, han obligado al estado a aumentar el monto de las multas por infracciones a las nuevas restricciones.


Puntos destacados:

  • Policía de Victoria ha alertado sobre el aumento de personas que se niegan a ser fiscalizadas o a cumplir las restricciones.
  • La multa por no utilizar mascarilla facial es de $200 dólares.
  • Una policía fue agredida por una mujer que no llevaba mascarilla y se negó a ser fiscalizada.

Uno de los casos más preocupantes ocurrió a inicios de esta semana cuando una oficial de la policía de Melbourne fue atacada en el barrio de Frankston por una mujer que no utilizaba su mascarilla facial y que reaccionó violentamente al ser fiscalizada. La mujer incluso llegó a azotar la cabeza de la oficial de policía contra el concreto en repetidas ocasiones.

El comisionado en jefe de la policía de Victoria, Shane Patton, condenó la violenta acción de la mujer diciendo que esta “cree que está por encima de la ley”. Afortunadamente la oficial de la policía agredida solo reportó heridas que no ponen en riesgo su vida.

La presunta agresora ha sido acusada de nueve delitos, entre ellos dos cargos de agresión a un trabajador de urgencias y un cargo por imprudencia temeraria.

Para la policía este caso es parte de un patrón de conducta que se ha vuelto preocupante. Para el secretario de la Asociación de Policía de Victoria, Wayne Gatt, este fue sólo un ejemplo de gente que se niega a cumplir con las restricciones y se opone a la policía.

"Este fue un acontecimiento particularmente violento, pero nuestros miembros han sido confrontados por sabelotodos de todo el estado que quieren cinco minutos de fama frente a una cámara", dijo Gatt.

Por su parte el comisionado en jefe Patton dijo que la semana pasada la policía había visto una tendencia de personas que se llaman a sí mismas "ciudadanos soberanos" que sienten y actúan como si la ley no se aplicara a ellos.

"Los hemos visto en los puestos de control provocando a la policía, sin dar un nombre y una dirección”, dijo Patton y declaró también que, al menos en cuatro ocasiones en la última semana, la policía había tenido que romper las ventanillas de los coches y sacar a la gente que se negaba a identificarse con su nombre y dirección.
A Victoria Police officer allegedly had her head repeatedly bashed into concrete by a woman who refused to wear a mask in line with coronavirus rules.
A Victoria Police officer allegedly had her head repeatedly bashed into concrete by a woman who refused to wear a mask Source: Twitter: @PoliceAssocVIC
¿Quiénes son los “ciudadanos soberanos”?

 El movimiento de ciudadanos soberanos es una agrupación informal formada por críticos y opositores de la sociedad actual y sus leyes, quienes se ven a sí mismos como responsables solo de sus interpretaciones particulares del derecho común. Por lo que sienten que no están sujetos a ningún estatuto o procedimiento gubernamental.

Los participantes en el movimiento, el que se encuentra diseminado por diferentes países del mundo, se oponen al concepto y las obligaciones adquiridas por los "ciudadanos federales", quienes, según ellos, han perdido sus derechos sin saberlo al aceptar las leyes que se les han impuesto sin su aprobación explicita.

En Estados Unidos el FBI ha descrito al movimiento como "terrorismo interno" y considera a sus seguidores como "extremistas antigubernamentales”. Sus adherentes creen que, aunque residan físicamente en sus países, están separados o son 'soberanos' de estos.

Se cree que esta ideología surgió en la década de 1970 bajo el nombre de Posse Comitatus, un grupo antigubernamental estadounidense que tenía muchos seguidores antisemitas y creía que los gobiernos estaban controlados por los judíos.

En la década de los 90, la ideología se expandió a países como Canadá, Australia e Inglaterra, entre otros países.

La policía de Nueva Gales del Sur, en Australia, por ejemplo, considera a este movimiento como una potencial amenaza terrorista, según se reveló en un informe confidencial del año 2015.

El organismo de inteligencia policial los define como personas que no creen en el marco legal ni en el sistema de gobierno de Australia y se consideran a sí mismos como individuos soberanos que operan fuera de la ley y fuera del sistema de impuestos.

Se cree que más hay más de 300 miembros de ese movimiento solo en Nueva Gales del Sur.

Con anterioridad al inicio de la pandemia, los incidentes en que habían estado involucrados los “ciudadanos soberanos” en Australia, según el informe policial revelado el 2015, iban desde exhibir placas de matrícula caseras hasta planificar secuestros a jueces, funcionarios judiciales y oficiales de la policía.

En el informe también se señaló que, en 2012, los ciudadanos soberanos amenazaron con quemar la casa de un juez y "causar daño con armas de fuego". Además, tenían "planes de asesinar a oficiales policiales en el caso que estos intentaran incautar sus bienes".

En estos días sus acciones han vuelto a estar envueltas en la polémica, por su negación a utilizar las mascarillas faciales obligatorias o acatar los confinamientos. Algunas personas que se identifican con este movimiento han desafiado a la policía de Victoria principalmente, cuando estos los han fiscalizado y exigido identificarse para cursarles las multas por su violación a las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus.

Para el experto Mark Pitcavage, investigador estadounidense de la Liga Antidifamación e historiador de grupos de extrema derecha, quien ha seguido a este movimiento durante más de 20 años, los “ciudadanos soberanos” creen que hay una forma legal de salirse del sistema jurídico actual y poner así fin a lo que consideran "contratos" con el gobierno, que se expresan concretamente a través de documentos como los permisos de conducir y otros documentos de identidad, según explicó en una entrevista con la BBC.

El profesor asociado Luke Beck, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Monash, cree que existe un vínculo entre este movimiento y algunos ciudadanos que se niegan a llevar mascarillas faciales.

"Todo esto parece provenir o tener afinidades con el movimiento de “ciudadanos soberanos", dijo Beck a SBS News.

"Estas personas utilizan este tipo de argumentos pseudo-legales, normalmente para tratar de librarse de las multas de aparcamiento o para no pagar las tasas del municipio o cosas así. Algunas de estas personas piensan que si pronuncias determinadas palabras o enfatizas determinados 'hechos', de alguna manera te librarás de las cosas", concluyó el profesor.
Hate Thy Neighbour sovereign citizen
'Hate Thy Neighbour' host Jamali Maddix (right) and sovereign citizen Ernie. Source: SBS
Opositores al uso de las mascarillas faciales

Desde que se instauró el uso de las mascarillas faciales o tapabocas como medida de prevención del contagio de la COVID-19 en diferentes países del mundo, han surgido también dudas y críticas hacia la efectividad de su utilización, generalmente no justificadas en teorías científicas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS por sus siglas), por ejemplo, ha aconsejado que los gobiernos y autoridades alienten al público en general a usar mascarillas de tela donde haya “una transmisión generalizada y sea difícil el distanciamiento físico, como en el transporte público, en tiendas o en otros entornos confinados o abarrotados”.

Aunque el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha advertido también que las mascarillas solo deben usarse como parte de una estrategia integral en la lucha contra COVID, ya que por sí solas no protegerán a las personas de los contagios. Por eso se ha alertado también acerca de la “falsa sensación de seguridad que pueden crear”, y que puede conducir a la gente “a descuidar medidas como la higiene de las manos y el distanciamiento físico”. Sin embargo, recomiendan encarecidamente su uso en lugares azotados por la pandemia.

Recordemos que tanto en la zona Metropolitana de Melbourne como en Victoria regional y el condado de Mitchell, el uso de mascarillas faciales es de uso obligatorio. Están eximidos los menores de 12 años, quienes hacen ejercicios o aquellas personas que tienen una afección médica que les impida usar la mascarilla. Quienes violen esta medida, se enfrentarán a una multa de $200 dólares.

La extensiva recomendación de expertos médicos y autoridades respecto al uso de las mascarillas faciales no ha impedido la proliferación de argumentos sin evidencias científicas que reniegan de la utilidad de estas en la lucha contra el coronavirus.

Las teorías pseudo-científicas o acientíficas más difundidas sobre la inutilidad o peligrosidad del uso de mascarillas faciales son aquellas que dicen que, por ejemplo, estas producen hipoxia (falta de oxígeno en el organismo), hipercapnia (exceso de dióxido de carbono en la sangre) o que provocan otras enfermedades por riesgo de autocontaminación o proliferación de microorganismos.

Todas estas teorías han probado ser falsas según diferentes expertos médicos, científicos y la misma OMS.

María Elisa Calle, experta en Epidemiología y Salud Pública y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, aseguró al sitio de divulgación científica, Maldita Ciencia, que "el uso de mascarillas no produce hipoxia", ni tampoco hipercapnia. Porque las mascarillas no son estancas, es decir, entra aire por los laterales y la parte superior y con ese aire entra el oxígeno y se elimina el dióxido de carbono. Por lo que tampoco permiten la contaminación con el propio dióxido de carbono que expulsamos cuando respiramos.

Asimismo, la OMS ha desestimado que las mascarillas faciales provoquen enfermedades respiratorias, ni neumonías ni infecciones de vías respiratorias. Hasta ahora no existe evidencia científica concluyente de que las mascarillas provoquen enfermedades. Por lo que se recomienda su uso, salvo para aquellas personas que padecen enfermedades que les impida utilizarlas.
Hate Thy Neighbour sovereign citizen
Source: SBS
Negacionistas de la pandemia y conspiranoicos

La pandemia y sus terribles consecuencias han impactado duramente al mundo. Sin embargo, a pesar de las innumerables muertes por coronavirus y las infecciones comprobadas de millones de personas, todavía existen quienes se niegan a creer en la existencia de un virus como el COVID-19 que afecte a los seres humanos, o bien, estos niegan su gravedad y extensión. Mientras que otros creen todo lo que está sucediendo es a causa de una conspiración mundial que involucra a diferentes líderes y gobiernos que desean perjudicar al mundo para ganar más poder y dinero del que ya ostentan.

En el lenguaje popular, los primeros son conocidas como negacionistas y los segundos como conspiranoicos, según su creencia y las teorías que apoyan respecto a la pandemia de coronavirus.

Los negacionistas creen, por ejemplo, que el COVID-19 es una fake news o noticia falsa, o que la incidencia de la enfermedad en el mundo es muy inferior a las cifras dadas por las autoridades. Algunos también creen que el virus no causa tanto daño como anuncia el personal sanitario. Además, consideran que las mascarillas faciales y otras medidas preventivas no sirven para combatir el virus, e incluso, que estas provocan otras enfermedades más graves.

Entre los negacionistas, al menos en la primera etapa de la pandemia, no solo existían personas comunes que negaban la evidencia científica, sino también líderes mundiales y presidentes de países, como Jair Bolsonaro en Brasil y el mismo Donald Trump en EEUU, quienes apoyaban este tipo de teorías pseudocientíficas.

El presidente de Brasil, a pesar de haber contraído el coronavirus, ha sido reacio hasta ahora a seguir las recomendaciones médicas y a recomendarlas a los ciudadanos. Trump, en cambio, no ha sido infectado por el virus, sin embargo, sus comentarios y recomendaciones ajenas al parecer de las autoridades sanitarias y sus asesores científicos han provocado, según sus opositores y críticos, un aumento en los casos en el país, pues sus seguidores se apoyan en su ejemplo para actuar frente a la pandemia. Recordemos que Estados Unidos es el país con más infectados por coronavirus en el mundo hasta ahora.

Hace algunos días en Alemania, una marcha que agrupó a miles de personas que negaban la gravedad o la existencia de la pandemia preocupó a las autoridades, pues estas personas suelen violar todas las restricciones creyendo que estas son inútiles o no les afectan. Difundiendo una sensación de falsa seguridad. Manifestaciones como estas, aunque más informales, también se han visto en otros países, como Estados Unidos, por ejemplo.
conspiracy theories
Source: Estelle Ruiz/NurPhoto via Getty Images
Las teorías de los conspiranoicos

Los conspiranoicos son diferentes de los negacionistas. Pues tal como explicamos más arriba, mientras los negacionistas refutan la evidencia y los hechos, los conspiranoicos o creyentes de las conspiraciones y tramas oscuras, justamente creen que detrás de la pandemia y otros acontecimientos existe una “mano negra” que controla y decide lo que sucederá en el mundo. Esta “mano negra”, que actúa a través de líderes mundiales, empresarios exitosos y otras personas con poder, y que incluso pueden estar aliadas con fuerzas del espacio exterior, según algunos de estos creyentes, estarían confabulando o tramando una conjura o complot contra el resto de la humanidad para apoderarse de las riquezas y controlar el mundo y sus habitantes. La pandemia del coronavirus sería una de sus estrategias para lograr sus objetivos.

Entre algunas de las teorías conspiranoicas más famosas ligadas a la COVID-19, están las que relacionan a la pandemia con la quinta generación de tecnología de redes móviles o 5G. Quienes creen en esta teoría afirman que la expansión de esta tecnología debilitaría el sistema inmune de las personas permitiendo la infección viral. Aunque otros conspiranoicos creen que el mismo coronavirus se transmite a través de las ondas de radio que genera esta nueva tecnología. Esto llevó incluso a que personas derribaran torres de tecnología 5G en Inglaterra, Canadá y Nueva Zelanda como medida de protección contra el coronavirus.

La utilización experimental de esta tecnología en Wuhan, ciudad origen del coronavirus, y su intento de masificación por la empresa Huawei, de capital chino, incrementan esta idea de que la pandemia está ligada a la tecnología 5G y que China está detrás de su difusión.

Los científicos, sin embargo, han descartado absolutamente que la red 5G debilite el sistema inmune o que el virus se transmita a través de las ondas de radio.

Otra de las teorías conspiranoicas más difundidas en este último tiempo, y que están ligadas al coronavirus, son aquellas que aseguran que la COVID-19 no tuvo un origen en los animales y que luego fue transmitida accidentalmente a los humanos, sino que este virus fue originado intencionalmente por científicos chinos para perjudicar a sus rivales geopolíticos, principalmente Estados Unidos.

Esta teoría no comprobada, y desmentida por autoridades y científicos, se apoya justamente en que el virus se originó en Wuhan, ciudad que alberga al Instituto de Virología de China, en donde se experimenta con los patógenos más peligrosos del mundo.

El mismo secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, afirmó tener "una enorme cantidad de pruebas" de que el virus salió de un laboratorio en esa ciudad en el centro de China donde fue detectado por primera vez a fines de 2019.

La televisión estatal china calificó de "alocadas" a esas acusaciones, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) las denunció como "especulativas", ante la ausencia de pruebas.

Según la gran mayoría de los investigadores, el coronavirus fue transmitido al hombre por un animal. Los científicos chinos señalaron un mercado de Wuhan en el que se vendían animales salvajes vivos.

En tanto, recientemente una científica china especialista en virología, Yan Li-Meng, niega esta teoría, y ha dicho que el virus no salió de un laboratorio de Wuhan ni tampoco se originó en esa ciudad, sino que fue creado en un laboratorio militar chino, incrementando las razones para quienes creen en este tipo de teorías de la conspiración.

En China, en cambio, los seguidores de teorías conspiracionistas y algunas de sus autoridades, creen que es Estados Unidos, en cambio, el lugar donde se originó la pandemia. Y que si apareció en Wuhan fue, justamente, porque llegó allí a través de los Juegos Mundiales Militares, que se celebraron del 18 al 27 de octubre precisamente en esa ciudad. Estados Unidos lo habría transmitido a través de sus atletas a la población del país asiático.

El primero en señalar esta teoría fue el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian a través de su cuenta de twitter. Lijian publicó un video de Robert Redfield, director de Control y la Prevención sanitaria en EEUU, que declaró al Congreso de su país el 11 de marzo de 2020, de que algunas muertes por gripe en EEUU antes del inicio de la crisis fueron identificadas más tarde como casos provocados por el coronavirus.

China se desmarcó oficialmente de esa teoría, apuntando al igual que otros científicos y la misma OMS, que el origen del coronavirus se habría dado en alguno de los mercados húmedos de la ciudad de Wuhan y por accidente.

A pesar de lo descabellado y escasamente científicas que puedan sonar algunas de estas teorías conspiracionistas, muchas personas en el mundo las consideran ciertas y creen, en cambio, que el resto del mundo que no sigue sus creencias, vive engañado y bajo una ilusión creada, justamente, por quienes controlan el mundo a su antojo.

Las conspiraciones existen, en la historia del mundo hemos experimentado muchas. Sin embargo, no cada situación o hecho que sucede forma parte de una conspiración mayor o terrible que pretende perjudicarnos. Por eso es importante que sometamos ideas y teorías a un examen racional y exhaustivo.

Las recomendaciones para evitar caer presa de teorías pseudo-científicas, acientíficas, las noticias falsas o ideas simplemente absurdas, son las de: someter a cada una de estas teorías a un examen racional acompañado de un sano escepticismo, contrastarlas con las pruebas científicas disponibles y las evidencias, buscar sus contradicciones internas y errores, analizar las fuentes desde donde provienen y los grupos que las difunden y ejercer siempre un pensamiento crítico.

En estos tiempos de pandemia de coronavirus se recomienda a las personas buscar información en fuentes oficiales y seguir las recomendaciones de las autoridades. Detrás de estas recomendaciones y medidas existen grupos de expertos que deciden según un criterio científico y pos del bienestar de la población. El acatamiento de las medidas y consejos ayudará a cada individuo y a la población en general a superar lo antes posible esta pandemia de COVID-19.
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Published 6 August 2020 11:33am
By Claudio Vasquez

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