Cuarentenas de viajeros: La espada de Damocles de Daniel Andrews por el rebrote de COVID en Melbourne

El Parlamento de Victoria tiene previsto realizar un fuerte interrogatorio al premier del estado, Daniel Andrews, por su gestión ante la segunda ola de COVID-19 en Australia. El rebrote en Melbourne, atribuido al incumplimiento de las cuarentenas de los viajeros internacionales, es abordado por una Investigación Judicial.

Victorian Premier Daniel Andrews arrives to a press conference in Melbourne

Victoria Başbakanı Daniel Andrews Source: AAP

El premier de Victoria, Daniel Andrews, afronta una jornada difícil ante el Parlamento estatal, en donde será interrogado por su gestión frente al rebrote de coronavirus en la ciudad de Melbourne, que surgió a finales de junio pasado cuando Australia estaba con el pié en el acelerador para reactivar su economía tras haber suprimido el virus en su territorio. 

Andrews será el primer testigo de la segunda sesión de la investigación que realiza el Comité de Cuentas Públicas y Presupuesto del Parlamento de Victoria sobre la COVID-19. Esta será la segunda comparecencia del gobernante laborista: la primera fue el 12 de mayo pasado cuando el estado acumulaba 1.509 casos de coronavirus y 18 muertos y las preocupaciones se centraban en Nueva Gales del Sur. 

Ahora la situación es diferente. Victoria registra unas 15,000 infecciones y 247 muertos, más de la mitad de los casos y decesos que se registran en toda Australia. Lo que es más duro para este estado que se caracterizó por su prudencia frente a la pandemia es que la mayoría de infecciones y muertes, especialmente de residentes de los hogares de ancianos se han producido desde finales de junio a raíz del aparente incumplimiento de las cuarentenas en los hoteles de viajeros en Melbourne.


Puntos destacados:

  • El rebrote de Melbourne, que se detectó en junio pasado cuando el estado de Victoria tenía unos 2,200 casos de COVID-19, se atribuye al incumplimiento de las cuarentenas en los hoteles para viajeros internacionales.
  • Victoria registró unos 15,000 casos de COVID-19 y 247 fallecidos el 10 de agosto, cuando reportó 19 decesos marcando la jornada más mortal para Victoria y Australia desde el inicio de la pandemia.
  • El premier Daniel Andrews deberá responder por la gestión frente a la segunda ola de coronavirus en Australia, que tiene su epicentro en la ciudad de Melbourne. 

Tanto Andrews, como la ministra de Salud, Jenny Mikakos; el jefe de Salud, Brett Sutton; y la secretaria del Ministerio de Salud y Servicios Humanos, Kym Peake; deberán responder ante el comité parlamentario, que centrará sus pesquisas en el conocimiento del gobierno sobre los aparentes incumplimientos de las cuarentenas de los viajeros en los hoteles y cómo gestionaron este problema. 

La investigación parlamentaria pretende determinar las responsabilidades políticas del gobierno laborista, que se ha negado a responder a las preguntas de la prensa respecto a las cuarentenas de los hoteles argumentando que existe una Investigación Judicial Independiente en curso y que su labor es aplanar la curva de infecciones en Victoria.

Los medios australianos han denunciado que éstos han compartido mecheros, han salido a “tomar aire” o fumar e incluso han tenido relaciones sexuales.

Una enfermera, que no ha sido identificada, denunció que las autoridades a cargo de las cuarentenas estaban más preocupados por calmar a los viajeros que en el cumplimiento de las reglas dado que algunos habían amenazado con autolesionarse, según la cadena australiana ABC.

La enfermera dijo que los funcionarios del Ministerio de Salud estaban angustiados por un aparente suicidio ocurrido en el hotel Pan Pacific en el South Wharf de Melbourne en abril pasado y declaró que incluso uno de ellos le pidió que cuide a un bebé para que sus padres puedan limpiar su habitación por un par de horas.

Por otro lado, el diario The Age publicó a mediados de julio información que se basó en correos electrónicos filtrados en la que reveló que un alto funcionario del Ministerio de Empleos, Precintos y Regiones dio la alarma el 28 de marzo. Se instó a los altos cargos del Ministerio de Salud y Servicios Humanos y de Gestión de Emergencias de Victoria a que pidieran a la policía de Victoria que desplegara agentes en los hoteles de cuarentena.

Investigación Judicial de cuarentenas por una comisión

Andrews, ordenó a principios de julio una investigación judicial e independiente de las cuarentenas en los hoteles, que se cree son causantes del rebrote en Melbourne presuntamente porque los guardias de seguridad de las empresas privadas a cargo de la vigilancia y los viajeros internacionales incumplieron las medidas de restricción social.

La Investigación Judicial tenía previsto convocar la primera semana de agosto a testigos como epidemiólogos y expertos en secuenciación genómica, debían aparecer el jueves.

Sin embargo, las nuevas restricciones de la cuarta fase del estricto confinamiento en Melbourne, y los retrasos en la obtención de documentos de los departamentos del gobierno, han obligado a aplazar estas sesiones hasta el 17 de agosto.

Esto además obliga a retrasar en seis semanas la entrega del informe final, cuya nueva fecha será el 6 de noviembre.

"Soy muy consciente, al igual que los que me ayudan, de la necesidad de la comunidad de entender lo que ha pasado en el programa de cuarentena del hotel y sus ramificaciones para todos nosotros", admitió la jueza Jennifer Coate, al recalcar que "esta investigación que es de tal magnitud e importancia debe someterse a un proceso muy minucioso".

El abogado que asiste a la investigación, Tony Neal, QC, ha dicho previamente que la evidencia sugiere un vínculo entre los actuales brotes y la cuarentena del hotel.

"Los comentarios hechos por el Jefe de Salud a los medios de comunicación han sugerido que incluso puede ser que cada caso de COVID-19 en Victoria en las últimas semanas podría tener su origen en el programa de cuarentena del hotel", expresó Neal el 20 de julio.

Los principales brotes se produjeron en dos hoteles, Rydges en la calle Swanston en Carlton, que estaba bajo la vigilancia del Grupo de Seguridad Unificada, y The Stamford Plaza en la calle Little Collins, con el trabajo contratado a MSS Security.

Para el líder de la oposición de Victoria, Michael O'Brien, el retraso era decepcionante.

"Las consecuencias del escándalo de la cuarentena del hotel han sido terribles: se han perdido vidas, empleos, los habitantes de Victoria está encerrados, Melbourne está bajo un toque de queda. Todo esto se remonta a la cuarentena del hotel", reclamó O'Brien.

"Necesitamos respuestas. La única noticia positiva que salió hoy fue que se confirmó que no hay nada que impida a Daniel Andrews y sus ministros responder a las preguntas", expresó.

Pero la juez Coate aseguró que a pesar de las restricciones que enfrentaba, la investigación estaba comprometida a encontrar la verdad.

"Sólo tengo un objetivo en esta investigación, llevarla a cabo con el rigor forense y la exhaustividad que se espera de mí y que se merece el pueblo de Victoria".

Grietas en la unidad frente al rebrote de Melbourne

Los ministros federales de Victoria se someten a dos semanas de aislamiento para poder asistir a las sesiones parlamentarias del 24 de agosto. Como muchos australianos ellos están haciendo lo que se debe para proteger a a comunidad, pero aunque no se quejen abiertamente, la tensión personal se trasluce.

El viernes, el normalmente afable tesorero federal, Josh Frydenberg, permitió que se mostrara un destello de frustración durante una entrevista de televisión: "Dejaré que Dan Andrews explique lo que pasó en la cuarentena", dijo un enojado Frydenberg a Sky News, al remarcar que no tiene dudas de que se cometieron “errores”.

El tesorero Frydenberg había pasado la semana atendiendo llamadas de líderes empresariales que le pidieron que intervenga para que Andrews suavice las restricciones a los comercios no esenciales.

Después de tres conferencias telefónicas organizadas apresuradamente por Zoom con cientos de empresarios, Frydenberg pasó a su homólogo del estado de Victoria, Tim Pallas, la lista de preocupaciones. Andrews escuchó y el jueves anunció una serie de concesiones. Se hicieron cambios en las reglas de cierre para los sectores de la carne, los supermercados y la construcción.

Los líderes empresariales acogieron con satisfacción el terreno dado pero siguen furiosos en privado por lo que dicen que fue una falta de consulta y una falta de interés a largo plazo por parte de Andrews en las necesidades del sector privado, recordó ABC.

El Banco de la Reserva Australiana pornosticó la pérdida de 400,000 más antes de Navidad. A seis meses de esta crisis, el grado de dificultad sólo aumenta para los principales actores de los gobiernos federal y victoriano.
Infografia violencia doméstica
Source: SBS

Momento de confrontar la verdad

Denis Muller, experto en periodismo de la Universidad de Melbourne, escribió en la revista de análisis The Conversation que la cobertura de los desastres siguen una trayectoria común, y la de la COVID-19 en Victoria no es ajena a ella.

“Desde el impacto y la respuesta -que constituyen las dos primeras fases de la cobertura de los desastres- el enfoque se ha ampliado para incluir la fase de la culpa. Desde el punto de vista de los medios de comunicación, esto puede denominarse la fase de responsabilidad”, precisó Muller al explicar la trayectoria de la cobertura del rebrote en Melbourne.

Incluso antes de estas revelaciones, la frustración de los periodistas por la negativa del gobierno a abordar la cuestión de la rendición de cuentas estaba aumentando.

Muller señala un incidente ocurrido el 6 de agosto en la que una reportera de The Australian, Rachel Baxendale, presionó al premier de Victoria para obtener respuestas respecto a las cuarentenas, lo que le convirtió en blanco de críticas en las redes sociales, incluyendo amenazas de muertes.

El experto en periodismo criticó esta respuesta a una mujer fuerte que hace su trabajo como periodista en un contexto en el que Daniel Andrews puede conservar un apoyo considerable en la comunidad en general para enfrentarse cada día a decir verdades no deseadas.

“Es posible que el público siga muy absorto en las fases de impacto y respuesta del desastre y no esté preparado para pasar a la fase de rendición de cuentas. Esto es a veces difícil de juzgar para los medios de comunicación”, apunto Muller al recordar que el hecho de que haya un desastre en curso, este juicio se vuelve aún más delicado.

“Sin embargo, una segunda línea de investigación en busca de la responsabilidad que podría estar más en sintonía con el sentimiento de la comunidad está abierta a los medios de comunicación: ¿qué salió mal en los hogares de ancianos privados, de los cuales el gobierno federal es responsable?”.

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Published 11 August 2020 9:08am
Updated 11 August 2020 12:00pm
By SBS SPANISH
Source: SBS Spanish

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