El ex senador laborista y republicano Graham Richardson ha dicho que la nueva generación de la Corona Británica está destruyendo al movimiento republicano de Australia.
Pero, ¿existe un nexo entre la simpatía hacia la realeza británica y la retención de la monarquía constitucional de Australia?
Los republicanos e incluso algunos grupos que apoyan a la monarquía argumentan que el tipo de simpatía que recibió la carismática pareja Real en Australia no tiene la menor influencia en el debate nacional.
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El director nacional del Movimiento de la República de Australia, Michael Cooney, dijo que estar entusiasmado con una visita Real no equivale necesariamente a estar a favor de mantener la monarquía.
"Creo que vemos que hay un segmento de nuestra población que está muy entusiasmado con las visitas Reales. Si nos fijamos en esas multitudes, no son particularmente diversas. Representan a algunos australianos pero no a todos los australianos ”, dijo.
Según un encuesta de Newspoll realizada en abril, el 50 por ciento de los votantes australianos apoyaban una república, el 41 por ciento quería que se conserve la monarquía constitucional y el 9 por ciento no quería comprometerse con ninguna parte del debate.
El coordinador nacional de los australianos para la monarquía constitucional, el profesor David Flint, ha dicho que el príncipe Harry y su hermano William son populares porque son lo que él llama "personas que poseen cualidades".
Dijo que los jóvenes australianos, en particular, están impresionados con el príncipe Harry y su compromiso con en el servicio militar.
"Vimos que Harry primero fue a Irak y luego a Afganistán, observamos su trabajo de caridad, especialmente en relación con los Juegos Invictus, y creo que los australianos, particularmente los jóvenes, reconocen esta participación", explicó.
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"Siempre hemos argumentado que la pregunta es constitucional, que si vamos a cambiar nuestra constitución, tiene que ser un cambio que mejorará significativamente la gobernanza de Australia, lo que impone un compromiso enorme a todos, incluso a quienes se llaman republicanos ", subrayó.
Michael Cooney, del Movimiento de la República Australiana, dijo que armar un argumento para generar un cambio llevará tiempo porque no es un tema de máxima prioridad para los votantes.
"Eso nunca va a ser una prioridad, como los precios de la energía, los refugiados o los problemas urgentes del día. Pero creo que los australianos saben que hay más de un problema importante a la vez", dijo.
Cooney estima que se necesitan unos cuatro años para que dicho cambio tenga alguna posibilidad de realizarse.
"Queremos que los australianos expresen su opinión mediante una votación nacional en el año 2020 para conocer su respuesta a la pregunta: '¿Deseas que Australia sea una república con un jefe de estado australiano? y ¿quieres que sea elegido por el pueblo o parlamento?
Cooney cree que la mejor manera de avanzar como país es dejar lugar para que los australianos expresen su opinión sobre asuntos relacionados con el futuro de la nación.
Pero Claire Evans, de los Monárquicos Jóvenes de Victoria dijo que una republica representa un mayor riesgo para Australia.
Ella manifestó que la monarquía constitucional ha proporcionado estabilidad en Australia.
Evans citó el índice de democracia “Economist Intelligence Unit’s Democracy Index” de este año que clasificó los sistemas democráticos de 167 países y encontró que nueve de las primeras 15 naciones eran monarquías.
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