Altos funcionarios australianos han dicho a la ABC que el comandante del Estado Islámico Tarek Khayat y su pariente australiano, Ahmed Merhi, fueron detenidos en Irak a principios de este año, pero sus arrestos se han mantenido en secreto debido a las sensibilidades diplomáticas que rodean el caso.
Según explica la cadena australiana ABC, los dos hombres mantuvieron estrecho contacto con algunos de los sospechosos de terrorismo más notorios de Australia desde sus posiciones en Siria, y al parecer se trasladaron a Irak cuando el ISIS fue expulsado de los territorios de ambos países el año pasado.
Khayat, ciudadano libanés, es presuntamente responsable de una de las conspiraciones de aviación más graves del mundo, que estuvo a punto de provocar una matanza en los cielos australianos el año pasado y que dejó a la inteligencia internacional y a las autoridades antiterroristas australianas muy afectadas por no haber detectado el complot.
La bomba no llegó al vuelo, que partía de Sydney hacia Abu Dhabi el pasado 15 de julio, porque la bolsa en la que se colocó el explosivo, en un equipaje de mano, tenía siete kilogramos por encima del límite de peso de la aerolínea. Según reconocen las autoridades, fue una cuestión de suerte.
La Policía Federal australiana dice que Khayat ordenó a sus hermanos con sede en Sydney, Khaled y Mahmoud Khayat, atentar contra este vuelo de Etihad que llevaba a bordo 400 personas, entre pasajeros y tripulación.
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