Las políticas de protección fronteriza y las relaciones internacionales de Australia respecto a China han sido dos de los temas claves durante el primer debate de líderes de la campaña electoral federal 2022.
Reunidos en Brisbane, frente a una audiencia de 100 votantes indecisos, el primer ministro Scott Morrison y el líder de la oposición Anthony Albanese midieron fuerzas y discutieron sobre las políticas de sus partidos con el objetivo de atraer más votos a sus respectivas plataformas.
Los miembros de la audiencia interrogaron a los dos líderes sobre una variedad de temas, incluidos el llamado a una comisión de integridad nacional, el cuidado de los ancianos, los programas de ayuda en casos de desastre, la economía, la protección fronteriza y el pacto de seguridad recientemente firmado entre China y las Islas Salomón, entre otros.
Después del debate se hizo un ejercicio de “votación” simbólica entre los 100 asistentes, quienes se suponían eran personas indecisas. Del total de la audiencia, 40 apoyaron a Albanese, 35 dieron su apoyo a Morrison, y los 25 restantes permanecieron indecisos.
Puntos destacados:
- La firma del pacto de seguridad entre las Islas Salomón y China, un punto clave en el debate.
- El momento más incómodo para Albanese fue cuando se trató el tema de la política de envío de regreso a los barcos ilegales, como parte de los esfuerzos para la seguridad fronteriza.
- Morrison fue criticado por su respuesta a una madre con un hijo autista, quien lo cuestionó sobre la efectividad del plan nacional de discapacidad.
El debate fue organizado por Sky News y Courier Mail en Brisbane, en un estado clave en el campo de batalla, y es el primero antes del día de las elecciones el 21 de mayo.
Durante el encuentro Morrison dijo a los votantes que "no es el momento de dar marcha atrás", y los instó a mantener la confianza en los logros de su gobierno, especialmente en el ámbito económico.
“Es una elección entre una economía más fuerte y una economía más débil”, subrayó. “Un futuro más fuerte y uno incierto”.
Albanese, a su vez, pidió a los votantes que confiaran en los laboristas para brindar un "futuro mejor" a los australianos y mejorar la integridad en la política.
“No han aprendido de sus errores”, señaló Albanese refiriéndose al gobierno de la coalición, “simplemente los siguen repitiendo y no tienen un plan para el futuro… Debemos hacerlo mejor y podemos hacerlo mejor”.
No hubo ganadores, ni perdedores absolutos
El debate ofreció a los votantes su primera oportunidad de ver a ambos líderes enfrentarse, después de poco más de una semana de campaña en electorados clave de todo el país.
Si bien las elecciones no se ganan ni se pierden en estos eventos, los debates atraen la atención del público y brindan a los votantes la oportunidad de observar cómo los líderes manejan los puntos de conflicto.
Después del ejercicio, Albanese fue declarado ganador del debate al obtener el 40 por ciento de los votos de los asistentes al foro, en comparación con el 35 por ciento para Morrison y un 25 por ciento que se declaró indeciso.
Otra de las cosas que varios analistas señalaron, es que en realidad ninguno de los dos contendientes lograron momentos gloriosos o tuvieron grandes tropiezos, como a veces ocurre en estos debates. Lo que en realidad se vio, coinciden los expertos, fueron intentos por establecer distinciones en cuestiones clave de política.
La protección fronteriza de Australia, tema candente durante el debate
Uno de los tema que calentó el ambiente fue el de la política de protección fronteriza de Australia.
Sobre este punto, el primer ministro cuestionó sobre la debilidad de los laboristas en la protección fronteriza.
Esto condujo al momento más incómodo de la noche para Albanese, quien pareció quedarse sin palabras cuando Morrison le preguntó por qué los laboristas no adoptaron la política de enviar de regreso a los barcos ilegales, como parte de los esfuerzos de seguridad fronteriza, cuando estuvieron en el gobierno por última vez.
En el debate del miércoles, Morrison buscó aprovechar su experiencia como el exministro de inmigración que implementó el programa de Operación Fronteras Soberanas y la política australiana de devolución de barcos.
Albanese apenas pudo esbozar unas líneas al respecto.
"Cuando fuiste viceprimer ministro, ¿por qué no apoyaste el enviar de regreso los barcos entonces?", cuestionó Morrison.
"No estabas proponiendo eso entonces... No estabas proponiendo...", respondió Albanese.
"No, lo estábamos… Esa era nuestra política, regresar los barcos era nuestra política antes de las elecciones de 2013, yo era el ministro de inmigración en la oposición, diseñé la política", dijo Morrison.
Albanese prometió que los laboristas continuarían apoyando la política de protección fronteriza y dijo que ciertamente él había sido el viceprimer ministro cuando su partido "estableció el procesamiento en el extranjero".
Esquema Nacional de Seguro por Invalidez, el tropiezo de Morrison
El resbalón de Morrison vino con el tema de plan nacional de discapacidad (NDIS, siglas en inglés).
Ambos líderes fueron cuestionados sobre el futuro de este programa por una mujer que dijo tener un hijo de cuatro años con autismo, quien está en el programa y recientemente había enfrentado recortes en su manutención.
Para muchos, la respuesta del primer ministro no fue precisamente la más empática.
"Jenny y yo hemos sido bendecidos, tenemos dos hijas que no han tenido que pasar por eso", dijo Morrison.
El líder de la Coalición respaldó el manejo del esquema por parte de su gobierno que se encamina a un total de $60 mil millones al año para fines de la década.
“Estamos financiando completamente el plan nacional de discapacidad; es un plan difícil de administrar porque cada persona tiene una discapacidad es diferente”, señaló Morrison.
En su turno, Albanese aseguró que estaba comprometido con el funcionamiento del NDIS - una propuesta de la ex primera ministra laborista Julia Gillard-, y señaló que siempre es el partido laborista el que realiza este tipo de reformas.
“El análisis muestra que si se permite que todos participen en la sociedad, se obtendrá mejores resultados. No solo mejores resultados sociales, sino se obtendrán mejores resultados económicos”, puntualizó Albanese.
Morrison no perdió la oportunidad para señalar a Albanese que esa era una "gran reforma", pero siempre era Coalición la que tenía que "delinear cómo pagar por estas cosas".
Albanese dijo que se podía confiar en los laboristas para llevar a cabo "grandes reformas", alegando que el "gobierno nos ha frenado" al no tener planes para el futuro.
La creación de una comisión de integridad nacional divide opiniones
Otro tema que avivó el ambiente en el salón donde se llevó a cabo el debate fueron los diferentes enfoques de Morrison y Albanese para establecer una comisión de integridad nacional.
Cuando se le preguntó sobre el establecimiento de un organismo federal anticorrupción, Morrison defendió el modelo de su gobierno.
“Nuestra propuesta para una Comisión de Integridad de la Commonwealth [se trata de] garantizar la integridad en todo el gobierno de la Commonwealth”, señaló.
“No es un tribunal canguro. No es algo que esté tratando de juzgar a las personas en los medios. No se trata de quién es tu novio o cosas así”.
A pesar de prometer entregar el modelo para esta comisión durante su último mandato en el poder, la Coalición no sometió a votación su legislación para la comisión, porque no contaba con el apoyo de los laboristas.
El diseño ha recibido críticas de exjueces y fiscales por no realizar audiencias públicas sobre el trabajo de políticos, ni poder iniciar consultas a partir de pistas anónimas del público.
Sobre este tema Albanese dijo que se necesitaba una comisión federal anticorrupción con el poder de celebrar audiencias públicas para "restaurar la fe en el sistema político" declarando que "la verdad es que hay un hedor" en Canberra.
“Lo que necesitamos es una comisión anticorrupción con poder que pueda controlar sus propias investigaciones”, señaló Albanese.
“Necesita poder tener audiencias públicas si es de interés público. Quiero una comisión anticorrupción que haga que el sistema político rinda cuentas”.
China, la piedra en el zapato
La política exterior también fue un tema clave en el debate a raíz del acuerdo de seguridad recientemente firmado entre las Islas Salomón y China.
Albanese denunció que el gobierno ha sido demasiado lento en su respuesta y criticó su decisión de enviar solo al ministro del Pacífico, Zed Seselja.
“Esto no se trata de un paso adelante en el Pacífico, esto es un avance en el Pacífico”, dijo Albanese.
"Ellos han sabido esto durante meses, y no hubo visitas de ministros de Relaciones Exteriores, ni visitas de ministros de Defensa, solo enviaron a un novato en la última semana", condenó Albanese.
Durante su turno, Morrison defendió la respuesta de su gobierno a este "serio problema" y rechazó las sugerencias de los laboristas de que se trata de un fracaso de la política exterior de su gobierno. Además, el primer ministro acusó a Albanese de no apoyar a Australia.
"Lo que no entiendo es que cuando ocurre algo de esta importancia, ¿por qué estarías del lado de China?", cuestionó Morrison a Albanese.
El líder de la oposición calificó la respuesta de Morrison como "una calumnia escandalosa" y cuestionó que se politizara un problema de seguridad nacional.
“Todos sabemos que China ha cambiado”, dijo. “Este gobierno ha sido complaciente aquí. Deberíamos haber estado al tanto de este problema”.
Mas contenido en español:
Julian Assange, un paso más cerca de ser extraditado a Estados Unidos
