Los mayores enseñan idiomas a jóvenes mientras aprenden inglés de ellos

Un proyecto de la Universidad Monash ha encontrado una solución creativa al juntar a migrantes mayores con estudiantes de secundaria que están aprendiendo un segundo idioma. Ambos salen ganando.

Grandparents

Source: Creative Commons

Wen Jie Zhou, de 72 años, se mudó a Melbourne hace diez años después de retirarse como directora de una escuela en China.

"Mi marido es médico. Él va a trabajar todos los días. No tenía nada que hacer en casa y estaba muy aburrida".

En ese entonces, como jubilada recién llegada a Melbourne, Zhou se sentía como pez fuera del agua con una experiencia profesional de por vida como educadora, pero sin alumnos para poner en práctica sus habilidades.

"Siempre hemos sido educadores, siempre hemos estado enseñando. Cuando de repente me encontré sin estudiantes, me sentí un poco perdida, especialmente viniendo a una tierra extranjera. Sí, pudimos comer y beber y disfrutar de paisajes bonitos, fue bastante agradable, pero siento que estaba desperdiciando mi vida. Me preguntaba cómo podríamos encontrar la alegría en la vejez de nuestras vidas. Necesitaba encontrar otras oportunidades".

En 2010 surgió una oportunidad cuando Zhou, junto con otras personas edad avanzada y hablantes de mandarín, español y alemán, fueron invitados a participar en un proyecto de investigación de la Universidad de Monash, que conectó a migrantes mayores con estudiantes de secundaria que aprendían un segundo idioma.

El Dr. Hui Huang fue el coordinador principal del componente chino del programa.

“Muchas personas hablan un idioma diferente al inglés en casa. Sin embargo, por otro lado, obtuvimos informes sobre el aprendizaje de un segundo idioma que, de hecho aseguraban que existe algún tipo de crisis lingüística en las escuelas, por lo que se nos ocurrió la idea de combinar los recursos de la comunidad para complementar el diseño de un currículum de enseñanza de lenguas”, explica·
Esta iniciativa fue particularmente útil para los estudiantes que no tenían los antecedentes culturales para practicar en casa el idioma que estaban aprendiendo.

“La idea inicial de este proyecto fue facilitar la práctica del idioma de una manera auténtica, algo que de hecho se puso de manifiesto en nuestro proyecto. Descubrimos que los estudiantes mejoraron significativamente su confianza en la conversación diaria con los hablantes nativos del idioma que aprendieron".

Sin embargo, las investigaciones muestran que solo el cinco por ciento de los estudiantes de secundaria que estudian el idioma lo mantienen hasta el año 12.
El mandarín es el segundo idioma más hablado en los hogares australianos después del inglés. También es uno de los idiomas más hablados en el mundo, seguido del español y el árabe.
Zhou recuerda su intento inicial de conversar con un estudiante en mandarín cuando ninguno de los dos apenas podía hablar el idioma del otro.

“Entonces, le pregunté qué tipo de actividades al aire libre te gustan? Ella no sabía cómo responder a mi pregunta, así que hizo un gesto hacia el movimiento de ciclismo. Entendí lo que ella quería decir. Entonces, hice un dibujo de una bicicleta. Ella dijo "sí" y me dio un abrazo. Fue bastante interesante".
Language teaching
Learning Languages Other Than English (LOTE) in Australia Source: Pixabay
Los resultados de la investigación se compilaron en un libro coeditado por la Dr. Huang titulado “Repensando el aprendizaje de una segunda lengua: utilizando recursos comunitarios intergeneracionales”.

Ella dice que el proyecto encontró beneficios mutuos para los participantes mayores y los chicos y chicas más allá de la educación lingüística. “También notamos que los inmigrantes mayores obtuvieron muchos beneficios del programa. Por ejemplo, sienten que se rejuvenecen".
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Esto fue especialmente relevante para los adultos mayores chinos involucrados en el proyecto. La Dr. Huang dice que muchos se sentían aislados y desconectados de la comunidad.

Al compartir sus habilidades lingüísticas con los estudiantes, pudieron encontrar un motivo para vivir y un sentido de pertenencia a Australia.

Zhou estuvo involucrada a lo largo de los tres añod del proyecto dando tutoría a varios estudiantes.

“De repente sentí que mi vida se enriquecía. Ya no se trataba solo de comer, beber y pasar el rato. Me di cuenta de que todavía puedo utilizar plenamente mis habilidades profesionales de alguna manera. Descubrí que mi vida se ha vuelto mucho más relajante y alegre. También he encontrado más confianza en establecerme en un país extranjero", explicó Zhou.


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Published 19 October 2018 10:42am
By Amy Chien-Yu Wang
Presented by Esther Lozano


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