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Melbourne, el talón de Aquiles en el camino a la normalización de Australia tras COVID-19

Melbourne afronta una fuerte crisis por el rebrote de COVID-19 desde marzo pasado, cuando el estado se sometió a una de las medidas de confinamiento más estrictas de Australia. El gobierno de Victoria ahora afronta el duro reto de contener al coronavirus en nueve torres de viviendas públicas, cuya situación ha sido comparada a la de los cruceros.

Hombre confinado en las torres de vivienda pública en Melbourne por la COVID-19

A man gestures from a window inside a unit at the public housing tower along Racecourse Road in Melbourne, Monday, July 6, 2020 (James Ross) Source: AAP

Más de tres mil personas que habitan en más de 1.300 apartamentos de nueve torres de viviendas públicas en North Melbourne y Flemington, en la capital del estado de Victoria, están en una situación de confinamiento tras detectarse casos de COVID-19 en estos lugares que presentan retos por su alta concentración de gente en un área reducida, la limpieza y los trabajos en los que se desempeñan sus residentes.

El jefe interino de la oficina médica del gobierno australiano, Paul Kelly, quien calificó el domingo estas torres en donde se comparten ascensores, corredores, lavanderías y otros espacios de "cruceros verticales", recordó a la población que la crisis de Melbourne es la de todos los australianos.

"No hemos visto este nivel de transmisión local durante la pandemia en Australia. Lo hemos visto en otros países, por lo que las medidas sanitarias públicas proporcionadas y apropiadas, que se tienen que adoptar al igual que el apoyo de todos nosotros, se han adoptado", precisó Kelly a periodistas.


Puntos destacados:

  • Unas tres mil personas de nueve torres de viviendas públicas en North Melbourne y Flemington han sido confinadas por el temor de que se propague el nuevo coronavirus en esos lugares cerrados y con alto riesgo de transmisión.
  • El nivel de transmisión local en Melbourne no tiene precedentes.
  • La economía de Victoria será fuertemente afectada por el rebrote de COVID-19, que además tendrá ramificaciones en la recuperación de toda Australia, así como en la reapertura de las fronteras internacionales.

En entrevista con la radio ABC, Sharon Lewin, experta en enfermedades infecciosas y directora del Instituto Doherty, explicó que además de las dificultades en mantener la distancia física en este tipo de torres altamente pobladas, muchas de las personas que viven en las viviendas públicas son trabajadores esenciales que se desempeñan en labores esenciales.

Asimismo, la subjefa de la oficina médica de Victoria, Annaliese van Diemen, dijo que el estado de la salud de muchos de los residentes añade un reto a la contención del virus.

Muchos de los residentes de las torres de estas viviendas son personas de la tercera edad o que han huido de situaciones de guerra o de conflictos o son supervivientes de la violencia doméstica o de género.

La gran falla en la estrategia de Victoria

El rebrote de COVID-19 en Melbourne se atribuye a los fallos en el cumplimiento de las medidas de distanciamiento social en los hoteles en donde se realizaban la cuarentena de los viajeros que retornaban a esa ciudad.

Según las denuncias de este fallo de seguridad, que es materia de investigación en Victoria, los guardias de seguridad permitieron salir de sus habitaciones a los viajeros, compartieron encendedores e incluso se sospecha de que se registraron relaciones sexuales con huéspedes.

El jefe interino médico australiano, Paul Kelly dijo que unas 70,000 personas fueron puestas en cuarentenas en hoteles desde el comienzo de la pandemia en Australia.

"Hemos tenido muy pocas veces en las que esa cuarentena ha fallado. Ha habido un problema particular en Victoria", dijo Kelly, al pedir mejor entrenamiento para los guardias de seguridad a cargo de estas labores.

Mientras que el fallo de seguridad en Victoria ha contribuido a que el rebrote se dispare en Melbourne, en Nueva Gales del Sur solamente se han registrado seis casos de transmisión local en las últimas cuatro semanas.

El domingo, NSW registró 14 nuevos casos de coronavirus, todos ellos en cuarentena en hoteles.

Más de 32.000 personas en Nueva Gales del Sur han pasado por el período de cuarentena obligatoria desde que marzo.
"No ha habido violaciones de la orden de cuarentena", dijo la policía de Nueva Gales del Sur en un comunicado el viernes, al destacar la cooperación del personal que trabaja en los hoteles.

La policía de Nueva Gales del Sur dijo que se desplegaron 500 oficiales en los 22 hoteles por un período de 24 horas, con la asistencia de 150 miembros de las Fuerzas de Defensa de Australia y contratistas de seguridad privada.

"¿Dónde está la precaución de ser el único estado que no tiene policía o militares supervisando la cuarentena de los hoteles? ¿Por qué se deó que las empresas privadas manejen su propio entrenamiento de seguridad? Y dadas las señales evidentes ya en abril de que el sistema estaba fallando, ¿por qué no se tomó ninguna acción significativa hasta julio?", se preguntaba en una reciente columna de opinión Bret Mcleod, presentador y periodista del Canal 9.

El impacto en Melbourne y el resto de Australia

Este confinamiento, además de más de una treintena de suburbios en Melbourne por la propagación de la COVID-19 han impactado en el habitual desplazamiento de personas en la capital de Victoria, estado que representa el 25 por ciento del producto interior bruto de Australia.

Se calcula que el número de personas que trabajan y hacen compras en Melbourne, ciudad que había reabierto sus negocios y reanudado sus actividaes, se ha reducido del millón de personas, que era el número habitual diario antes de la pandemia, a unos 50,000.

A pesar de que Victoria fue una de las jurisdicciones que aplicó las medidas más estrictas de distanciamiento social y llegó a reportar en algún momento cero casos de COVID-19, este rebrote no solo amenaza con un nuevo confinamiento de toda la ciudad sino que puede impactar fuertemente en la recuperación de toda Australia, que en muchas partes comienza a vivir una nueva normalidad post-pandemia.

Un informe sobre la Perspectiva Empresarial Económica de Deloite Access indica que la crisis sanitaria en Victoria, combinada con la caída de la inmigración y el desplome del gasto público, amenaza con dañar la recuperación económica y la reapertura de las fronteras internacionales, que iba a comenzar con una burbuja aérea con Nueva Zelanda.

El informe indica que el crecimiento económico de Australia se contraerá en un 3 por ciento en 2020, mientras que Victoria será la receptora del golpe más fuerte por esta nueva crisis.

Chris Richardson, ejecutivo de Deloitte Access Economics, Chris Richardson, explicó que Victoria estaba más expuesto a la agitación económica debido a su "dependencia de la migración y de los estudiantes extranjeros en una época de cierres y fronteras cerradas"."Es probable que Victoria se lleve el indeseado título de estado de peor desempeño a través de la crisis de COVID. La población, que en su día fue un motor clave del crecimiento, se ha estancado de verdad", apuntó Richardson.

En la misma línea se pronunció Peter van Onselen es profesor de política y política pública en la Universidad de Australia Occidental y en la Universidad de Griffith, el control de las transmisiones locales en Victoria podría controlarse, pero el principal peligro está en el impacto en la economía nacional y el cierre de fronteras.

"Una nueva tasa de infección diaria de 15 a 25, que hasta ahora no parece estar aumentando exponencialmente, es manejable - a pesar de un objetivo de rastreo de contactos muy por encima de 1000.

Pero "el principal peligro es que la segunda oleada de Victoria mantendrá las fronteras estatales cerradas durante más tiempo en todo el país, lo que perjudicará aún más a la economía y a los sectores dentro de ella que dependen tanto del flujo de la circulación".

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Published 6 July 2020 10:32am
Updated 6 July 2020 4:33pm

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