A medida que el clima cambia, es probable que el sur de Australia siga siendo más seco en promedio, sobre todo en el suroeste.
Sin embargo, este año ha sido húmedo.
Además, esta semana la Oficina de Meteorología ha anunciado que nos encontramos ante otro episodio de La Niña. Esta pauta climática habitual a gran escala dura meses, y aumentará las probabilidades de que haya más clima húmedo en todo el país.
Así que, a pesar de la tendencia a largo plazo hacia condiciones más secas, nos encontramos en un periodo más húmedo de lo habitual.
¿Qué ocurre?
Evaluaciones actuales del cambio climático
Las precipitaciones han disminuido en gran parte del sur de Australia en las últimas décadas.
El sexto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático -que se basa en las últimas investigaciones sobre el clima- concluyó que es probable que la reciente tendencia a la sequedad en el sur de Australia continúe, especialmente durante la estación fría.
Las precipitaciones de la estación fría en el suroeste de Australia Occidental ya han disminuido, y se considera muy probable que continúe la sequía en esta zona.
Hay pruebas sólidas de que esta tendencia contiene una "señal" de cambio climático, también conocida como "huella" del cambio climático.
Entendemos que la desecación ha sido impulsada por los cambios en los patrones climáticos dominantes. Y las proyecciones futuras de desecación en el suroeste están entre las más fuertes del mundo.
La situación en el sureste de Australia no está tan clara, pero hay fuertes indicios de una disminución continua de las precipitaciones también aquí.
Sin embargo, se constata que este año ha sido húmedo en muchas regiones del suroeste y del sureste, incluso en la estación fría.
De hecho, algunas zonas recibieron precipitaciones "muy por encima de la media" en los diez meses transcurridos hasta finales de octubre, desafiando aparentemente la tendencia a la desecación.
La variabilidad reina en Australia
Australia siempre ha sido tierra de sequías y lluvias torrenciales.
Es normal que una sequía de varios años se prolongue hasta que se produzcan grandes inundaciones. La variabilidad interanual aquí es grande en comparación con la mayoría de las demás regiones terrestres del mundo.
En 2021, hemos asistido a una oscilación húmeda de la aguja climática debido a varios factores climáticos globales. Además de que el Pacífico está ahora en fase de La Niña, el dipolo del océano Índico está en fase negativa.
Cuando vemos que estos factores se alinean, sabemos que la baraja está preparada para una temporada más húmeda.
Esto es lo que siempre hemos encontrado, y podemos contar con que la variabilidad climática de Australia se mantendrá, a lo largo de este siglo y más allá.
Entonces, ¿un año húmedo pone en duda nuestra evaluación del cambio climático?
No.
En el informe sobre el estado del clima en 2020, publicado por el CSIRO y la Oficina de Meteorología, observamos que las tendencias recientes de las precipitaciones se ajustan a las previsiones.
Floodwaters are seen around the Lachlan River in the town of Forbes, NSW, Wednesday, November 17, 2021. Source: AAP
De hecho, mostramos que las tendencias de las precipitaciones desde la línea de base de 1986-2005 hasta 2020 se sitúan en el extremo seco de las proyecciones para el suroeste y Victoria. Esto sugiere que, en todo caso, las proyecciones son probablemente conservadoras.
Por supuesto, hay años húmedos, como este año y también Victoria en 2010. Pero la tendencia a largo plazo ha sido a la baja.
Esto es coherente con lo que esperamos del cambio climático, después de recurrir a múltiples líneas de evidencia y a la modelización del clima.
El año 2021 no es extraordinario en el contexto a largo plazo.
Incluso si todo el año 2021 acaba siendo muy húmedo, no cambiará mucho la tendencia a largo plazo. Sólo una tendencia húmeda persistente durante décadas o más, plantearía dudas sobre nuestra evaluación del cambio climático y las proyecciones actuales.
¿Qué aspecto tiene un clima "más seco"?
A medida que el clima mundial se calienta, la precipitación media global aumenta, y esperamos que la mayoría de las regiones del mundo sean más húmedas.
Pero hay algunas regiones que serán más secas, como el sur de Australia, el Mediterráneo y el sur de África. ¿Cómo será esto?
La tendencia hacia un clima más seco vendrá acompañada de muchos altibajos.
Por ejemplo, entre 1900 y 2020, las precipitaciones anuales en el suroeste de Australia variaron entre 393 mm y 1035 mm (-40% y +55% de la media).
Se trata de un rango enorme.
Las proyecciones climáticas sugieren que es plausible una reducción persistente de las precipitaciones de hasta un 15% en el suroeste de Australia durante la primera parte de este siglo. Los cambios que se produzcan más adelante en el siglo dependerán de si limitamos el calentamiento del clima.
Source: AAP
Si lo limitamos, podemos esperar que las precipitaciones disminuyan hasta un 20%. Si no lo hacemos, disminuirá hasta un 35%, con reducciones mayores en la estación fría.
En cualquier caso, estos cambios medios previstos siguen siendo menores que la variabilidad interanual registrada en Australia durante muchas décadas.
Pero esto no significa que las tendencias y proyecciones no sean importantes. Un cambio persistente y continuo hacia condiciones más secas, con periodos de sequía más secos (y calurosos) es un enorme reto para los gestores del agua y los productores primarios de Australia.
Y con una media de lluvias más baja, las posibilidades de que se produzcan periodos secos sin precedentes son mayores.
Se esperan años de extrema humedad
Pero no todos los años serán de sequía. Habrá días, meses y años húmedos.
De hecho, es probable que los extremos húmedos aumenten a pesar de la tendencia a la sequía. Incluso en las regiones en las que se prevé una disminución de la precipitación media, se prevé un aumento de las ráfagas de lluvia intensas y de las precipitaciones extremas.
Esto incluye intensas precipitaciones horarias que pueden provocar inundaciones repentinas, así como grandes lluvias de "ríos atmosféricos", que son fuertes canales de humedad concentrada que fluyen por la atmósfera por encima de nosotros, aportando agua para las precipitaciones extremas.
Así pues, en algunas zonas del sur de Australia, es probable que las precipitaciones sean menores por término medio, pero que aumenten las precipitaciones extremas.
Con una menor disponibilidad de agua en general, salpicada por un intenso riesgo de inundaciones, podemos anticipar importantes desafíos en el futuro.
Michael Grose es un científico especializado en proyecciones climáticas del CSIRO. Recibe fondos del Climate Systems Hub, financiado por el Gobierno australiano en el marco del Programa Nacional de Ciencias Ambientales.
