Las autoridades del estado de Victoria han implementado este jueves nuevas restricciones de distanciamiento social después de reportarse un total de seis nuevas infecciones de covid-19, cinco este jueves y tres el miércoles.
En total se acumulan 8 infecciones locales en los últimos dos días. El jueves se anunció por la mañana la detección de tres nuevos contagios y por la tarde de otros dos.
A raíz de las infecciones, Victoria anunció el cierre de sus fronteras con Nueva Gales del Sur desde la medianoche del 1 de enero.
Los residentes de Victoria que retornan a casa deben someterse a pruebas de COVID-19 y aislarse durante 14 días.
Por la mañana, la premier interina Jacinta Allan anunció nuevas medidas de distanciamiento social que entrarán en vigor a partir de las 17 horas del jueves.
Puntos destacados:
- Victoria reportó tres casos locales de COVID-19 el miércoles y otros tres el jueves. NSW informó de diez nuevas infecciones locales este jueves.
- El gobierno impuso nuevas medidas como el uso obligatorio de mascarillas en interiores y la reducción del límite de reuniones en una vivienda de 30 a 15.
- Las autoridades instaron a sus habitantes que se encuentran en NSW a retornar a Victoria y adelantaron la imposición de límites a las visitas en las residencias de ancianos.
A partir de de la tarde del 31 de diciembre, el número de personas admitidas en un hogar se reducirá de 30 a 15.
Las mascarillas también serán obligatorias en los interiores.
"Si usted piensa salir de su casa en este momento, pedimos a las personas que lleven sus mascarillas", dijo Allan.
"Desafortunadamente, sabemos que con este virus tan difícil, no termina a medianoche de hoy", añadió.
A todos los que visitaron el restaurante tailandés Smile Buffalo en Black Rock el 21 de diciembre se les ha dicho que se hagan la prueba y se aíslen.
Las autoridades sanitarias de Victoria señalaron una serie de posibles lugares de infección el miércoles por la noche, entre ellos el centro comercial Fountain Gate y la iglesia católica de Doveton de la Parroquia de la Sagrada Familia.
Las autoridades de Victoria creen que las nuevas infecciones reportadas este jueves están conectados con los casos de COVID-19 en Nueva Gales del Sur por lo que han ordenado a medio centenar de personas a que se confinen.
Se trata de los primeros casos que se reportan desde el 31 de octubre.
El comandante de la respuesta a COVID-19 en Victoria, Jeroen Weimar, dijo que los casos activos eran preocupantes pero que se estaba haciendo todo lo posible para asegurar que se identificaran todos los sitios de exposición relevantes y los contactos cercanos.
"Tenemos tres casos que se están autoaislando en casa y están siendo apoyados y monitoreados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos", dijo el Sr. Weimar en una declaración.
Los casos están presentes en dos mujeres de 40 años y una mujer de 70 años.
Weimar dijo que el rastreo de contactos continuaría durante toda la noche con la esperanza de confirmar la fuente de las infecciones.
También cree que surjan más casos, con una lista completa de los lugares de exposición que se encontraría aquí.
Inicialmente se creía que los casos confirmados no habían viajado recientemente a Nueva Gales del Sur, donde el miércoles se registraron 18 nuevos casos de transmisión en la comunidad.
El miércoles pasado el gobierno de Victoria dijo que estaba "muy lejos" de abrir su frontera con Nueva Gales del Sur.
La mitad de los nuevos casos pertenecen al grupo de playas del norte de Sídney, mientras que un segundo grupo ha surgido en el oeste de la ciudad, junto con casos en Wollongong, al sur de la ciudad.
La Ministra de Policía de Victoria, Lisa Neville, dijo que las decisiones sobre la frontera se tomaban a diario pero que, según los consejos de salud, nadie estaba dispuesto a contemplar cambios.
"Todavía estamos muy lejos de que esa frontera esté abierta", dijo.
A pesar de los dos meses que Victoria lleva sin transmisión local, y un deseo abrumador de ver el final del 2020, las celebraciones del año nuevo serán silenciadas el jueves por la noche.
Los fuegos artificiales de Melbourne que atraerían a casi medio millón de juerguistas cualquier otro año han sido enlatados a favor de celebraciones menos importantes de lo que la ocasión merece.
La alcaldesa Sally Capp dijo que era natural que la gente quisiera celebrar al final de un año difícil.
Pero la cancelación de los fuegos artificiales significaba que una celebración de la industria de la hostelería de la ciudad, inspirada en las plazas y piazzas europeas, podría seguir adelante en su lugar.
