Desde el 1 de julio pasado ha entrado en vigor un conjunto de regulaciones para minimizar el uso de métodos para restringir física y químicamente a los ancianos, es decir evitar atarlos a las sillas por ejemplo o darles medicamentos antipsicóticos.
La fundadora del hogar para ancianos Marta Terracino considera que estas regulaciones para minimizar el uso de estas técnicas restrictivas suponen un paso adelante.
Para organizaciones como Human Rights Watch y la defensora de los derechos de los discapacitados y los ancianos Australia (ADA Australia) esto es un exceso y es una práctica abusiva que daña a las personas mayores y que debería prohibirse.
En esa misma línea se pronuncia Yenin Hung, representante del Foro Comunitario Multicultural de Camberra, quien considera que se le quita dignidad a los ancianos.Human Right Watch y ADA consideran que las intervenciones restrictivas deberían ocurrir con el consentimiento libre e informado y que los medicamentos que se apliquen sean solamente por razones terapéuticas.
La representante de la casa de ancianos de habla hispana Marta Terracino remarcó que las nuevas regulaciones son más estrictas y aunque se mostró contraria a la contención forzada de las personas de la tercera edad, consideró que se trata de analizar caso por caso.
Los detractores del uso de técnicas de contención consideran que el gobierno, que ha puesto en marcha una Comisión Real para investigar el sistema de cuidados de ancianos, debería priorizar el apoyo positivo a las personas con demencia, incluyendo a las personas que se encuentran en los hogares de ancianos.
Para Yeninn Hung del Foro Comunitario Multicultural de Camberra la solución pasa por más actividades para los ancianos y personal más capacitado
