Australia y Nueva Zelanda relajan restricciones tras el aplanamiento exitoso de la curva

Australian Prime Minister Scott Morrison and New Zealand Prime Minister Jacinda Ardern are seen arriving for a press conference at Admiralty House

New Zealand Prime Minister Jacinda Ardern on a visit to Sydney in February 2020 Source: AAP

Australia y Nueva Zelanda están tomando sus primeros pasos hacia la disminución de medidas de confinamiento y distanciamiento social, después de lograr demostrar que están aplanando efectivamente la curva de infección del coronavirus.


Tras cinco semanas de un confinamiento obligatorio casi total, Nueva Zelanda empezó a reducir gradualmente sus restricciones a partir de la madrugada de hoy.

En las principales ciudades del país, los residentes salieron en masa a comprar comida y a disfrutar de las playas y otros espacios al aire libre, después de más de un mes de encierro.

Nueva Zelanda impuso uno de los cierres más estrictos del mundo, y el más restrictivo en su historia, cuando el país registraba tan sólo 200 casos confirmados de COVID-19.


Puntos Destacados:

  • Ayer lunes, Nueva Zelanda reportó un solo caso nuevo de infección, por lo que la primera ministra Jacinda Arden, anunció que permitirá que algunos negocios puedan volver a abrir sus puertas.
  • Mientras tanto, aquí en Australia, algunos estados han empezado a relajar también sus restricciones, debido a nuestro éxito en el aplanamiento de la curva.
  • Sin embargo, algunos expertos médicos temen que, de cesar el confinamiento, podría haber una segunda ola de contagio.

Ahora, el país permitirá a algunas empresas no esenciales a reanudar sus actividades con cautela. Sin embargo, el gobierno ha advertido que no se trata de un retorno completo a la normalidad.

La primera ministra, Jacinda Ardern, ha instado a la población a no bajar la guardia, ya que aún hay que evitar que ocurran nuevos brotes del virus.

"No tenemos una transmisión comunitaria generalizada en Nueva Zelanda, hemos ganado esa batalla. Pero debemos mantenernos atentos si queremos mantenerlo así. Más neozelandeses deben retornar a sus trabajos de manera segura, para lograr que más empresas puedan volver a abrir. También permitiremos la reanudación de algunas actividades recreativas que hemos extrañado en las últimas cuatro semanas. Como seguramente me habrán escuchado decir repetidamente, esto no es, ni puede ser un regreso a la vida antes del COVID-19”.

Se espera que alrededor de 400,000 neozelandeses retornen a sus lugares de trabajo hoy, en industrias como la silvicultura, la construcción y la educación.

Las escuelas se reabrirán, pero los gimnasios, cines y algunos lugares públicos permanecerán cerrados.

La gente ahora podrá disfrutar de comidas y bebidas para llevar, ya que los restaurantes y cafeterías tendrán permiso para abrir sus puertas.

Sin embargo, no se permitirá el ingreso de los clientes a las instalaciones. Todos los servicios de comida estarán limitados a las entregas a domicilio o para llevar, y el pago será sin contacto, como lo es aquí en Australia.

La relajación de las restricciones se debe al éxito de Nueva Zelanda en detener el brote de coronavirus.
Al momento de esta publicación, el país registra más de 1,100 casos confirmados y 19 muertes por COVID-19.

Jacinda Ardern dice que el país tiene una de las tasas de prueba per cápita más altas del mundo. Sólo 0,05 por ciento de las pruebas realizadas la semana pasada dieron positivo y un 0,17 por ciento ayer lunes.

Asimismo, el director general de la Salud, Ashley Bloomfield, confirmó que la mayoría de las personas que contrajeron el virus se han recuperado.
De nuestros casos, 1180 se reportaron como recuperados, un aumento de 38 al día anterior. Y esto significa que alrededor del 80 por ciento de nuestros casos ahora se recuperó.
Este éxito ha llevado al gobierno de Nueza Zelanda a rebajar sus restricciones del Nivel Cuatro al Nivel Tres, alineando al país con las medidas en este momento vigentes en Australia.

El hecho de que tanto Australia como Nueva Zelanda hayan logrado un éxito similar, utilizando estrategias distintas de supresión y eliminación del virus, respectivamente, ha puesto en tela de juicio la necesidad de Nueva Zelanda de imponer restricciones tan estrictas.

Comparando las curvas

Australia, país con una población cinco veces mayor a la de Nueva Zelanda, ha registrado a la fecha más de 6.700 infecciones y 83 muertes, y ha logrado resultados similares a los del su vecino, a pesar de ofrecer a sus residentes más libertades.

Los datos oficiales revelan que la tasa de infección en las dos naciones es similar, con Australia en una posición ligeramente mejor, con alrededor de 26 casos por cada 100,000 personas en comparación con los 30 casos de Nueva Zelanda por cada 100,000 personas.

Sin embargo, Ardern no permitirá que se reanuden los viajes entre ambos países, a pesar de los llamados de reunificar a familias separadas.

"No estoy dispuesta a ponernos en peligro en Nueva Zelanda abriendo nuestras fronteras demasiado pronto, incluso abrirlas a Australia en este momento. Lo de las familias es algo que tenemos absolutamente en cuenta y es una meta hacia la que nos gustaría trabajar. Pero antes de hacerlo, creo que ambos países debemos sentirnos seguros de que no estaríamos poniendo en riesgo la salud o la economía", dijo Ardern.

Siguiendo los pasos de Australia, Nueva Zelanda también está desarrollando su propia versión de la aplicación de rastreo COVIDSafe.

La clave: Derrotar el cansancio

Mientras tanto, aquí en Australia, a medida que la tasa de infección continúa cayendo, algunos estados, como Queensland y Australia Occidental, han empezado poco a poco a tomar los primeros pasos hacia un relajamiento de las restricciones.

Esto, al tiempo que muchos ciudadanos empiezan a mostrar los primeros indicios de desgaste hacia las medidas de confinamiento.

El fin de semana, las playas de los suburbios del este de Sídney se vieron llenas de gente tras su apertura y se vieron arrebatos de enojo en los bañistas, cuando las autoridades intentaron implementar las restricciones de distanciamiento social que aún están en pie.

Para algunos expertos, éstos son advertencias de que el cansancio al encierro está comenzando a verse en el peor momento posible, y algunos consideran que la vigilancia excesiva podría conducir a la rebelión.
El médico de enfermedades infecciosas de la Universidad Nacional de Australia, el profesor Peter Collignon dice que las restricciones deben aflojarse para garantizar que duren a largo plazo.
Nos vamos a ver en problemas si cansamos a las personas con las restricciones porque tendremos que vivir con ellas hasta al menos septiembre, octubre y probablemente por un par de años.
Desde marzo, la policía en la mayoría de los estados ha podido emitir multas por incumplimiento de las normas de distanciamiento social, incluidas las salidas no esenciales y las reuniones sociales.

En este sentido, el profesor Collignon considera que si bien deben mantenerse algunas restricciones para evitar una segunda ola de COVID-19 durante la temporada de gripe, de junio a septiembre, las restricciones también deben ser sostenibles en el tiempo.

"Sabemos qué hacer para detener la transmisión, disminuir las multitudes, mantener la cuarentena, realizar muchas pruebas, lavarnos las manos y distanciarnos físicamente, pero eso no significa que todos debamos estar encerrados en nuestras casas", dijo el médico.
Sin embargo, la Asociación Médica Australiana no está de acuerdo.

Su presidente, Tony Bartone, dice que el retorno a la normalidad debe ser lento y medido para garantizar que el virus no vuelva a propagarse descontroladamente.

“Apenas quitemos el pie del freno, estaremos jugando nuevamente a perseguir el virus. Al momento le hemos demostrado al virus que podemos contra él, pero la amenaza podría regresar fácilmente”.

Bartone considera que el éxito de Australia en contener el virus es producto de restricciones extensas y tempranas de distanciamiento social y, en este momento, una segunda ola podría ser desencadenada fácilmente si el virus ataca un par de puntos críticos.

"Muchas personas han podido haber estado expuestas a un caso positivo de COVID_19 antes de ser identificado. Es por eso que si pasamos de las medidas de restricción a nuestra vida de costumbre, no tardaríamos mucho tiempo en llegar a esa situación, potencialmente".

Relajando las restricciones

El gobierno de Nueva Gales del Sur anunció hoy que las escuelas pronto volverán a la enseñanza presencial y que dos adultos podrán visitar otros hogares a partir del viernes.

El gobierno estatal permitirá que dos adultos y niños que no padezcan ningún síntoma asociado a la COVID-19, puedan visitar a otros en sus hogares para reducir los efectos del aislamiento.

La premier Gladys Berejiklian dijo que la asistencia a la escuela se organizará durante la primera quincena de mayo, y que se reanudará la enseñanza en las aulas a partir del 11 de ese mes.

Recordemos que hasta ahora Nueva Gales del Sur ha sido el estado más afectado por el coronavirus en toda Australia, por lo que el anuncio de estos cambios son una señal de que estamos progresando efectivamente en la lucha contra el COVID-19.

En este sentido, la Premier dijo que confiaba en que la ciudadanía se comportaría a la altura del desafío.

“Confiamos en que todos sean responsables. No se arriesguen, no queremos ver que los números aumenten repentinamente porque las personas sean irresponsables. Estoy absolutamente segura de que las personas serán responsables porque hay demasiado en juego”. 


 

Las pesonas en Australia deben permanecer al menos a 1,5 metros de distancia de los demás y las reuniones se limitan a dos personas, a menos que estés con tu familia o en tu casa.

Si cree que puede haber contraído el virus, llame a su médico (no lo visite) o póngase en contacto con la línea directa nacional de información sanitaria sobre el Coronavirus en el 1800 020 080. Si tiene dificultades para respirar o está experimentando una emergencia médica, llame al 000.

SBS se compromete a informar a las diversas comunidades de Australia sobre los últimos avances de COVID-19. Las noticias e información están disponibles en 63 idiomas en sbs.com.au/coronavirus.


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