Escucha el podcast con la entrevista a la Dra. Florencia Amigó, investigadora y académica de la Universidad Macquarie de Sydney.
El líder de la Oposición, Bill Shorten, anunció este jueves un plan de 1.750 millones de dólares para asegurar 600 horas de educación preescolar o jardín infantil cada año para los niños de tres y cuatro años.
Esto significa extender el acceso preescolar a los niños de tres años, porque los de cuatro ya lo tienen, garantizando 15 horas a la semana de educación preescolar subsidiada para unos 700.000 niños, si son elegidos en los próximos comicios.
Extender la educación de la primera infancia a los niños de tres años pondría a Australia al mismo nivel quel Reino Unido, Nueva Zelanda, Francia y China. En Australia sólo el 15 por ciento de los niños de tres años reciben educación preescolar.
El Partido laborista dice que es la inversión más grande en materia de educación temprana, y que con esto se garantizan por lo menos 15 años de educación continua para los hijos de los australianos.
El laborismo intenta financiar el plan a través del llamado “negative gearing” (los descuentos que hacen los arrendatarios por las pérdidas que registran en sus propiedades de inversión).
La Coalición, por su parte, ha criticado el plan. El ministro asistente de la oficina del Tesoro, Zed Seselja, dice que los números no cuadran en las cuentas del laborismo y que esos 1,750 millones de dólares no alcanzarán para cubrir la educación de los niños de 3 y 4 años.
Megan O'Connell, directora del Instituto Mitchell de la Universidad de Victoria, respaldó el plan preescolar de dos años como una forma de elevar la productividad nacional.
La experta añadió que el extender los programas de educación a niños de tres años supone un costo menor en comparación con el esfuerzo que significa ayudar a las personas que no logran obtener un empleo más adelante en la vida.
En el programa Hora 13 de Radio SBS, la Dra Maria Florencia Amigó, académica e investigadora de la Universidad Macquarie de Sydney y cuya área de investigación ha estado relacionada con la antropología y la sociología de la niñez, analizó la propuesta.
“Hay diferencias en la calidad de vida de los niños que reciben educación temprana respecto a los que no tienen esa oportunidad” dice la Dra. Amigó.
La educación temprana puede contrarrestar las carencias de oportunidades de socialización que tienen los niños en sociedades como la australiana, agrega la académica. “Es muy importante que los niños se vean expuestos a la realidad que van a enfrentar en el futuro, conocer las diferencias, las otras culturas”.
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