El primer ministro australiano y el líder de la oposición cierran la ronda de debates antes de las elecciones federales

Leader of the Opposition Bill Shorten and Prime Minister Scott Morrison during the third Leaders Debate at the National Press Club in Canberra, Wednesday, May 8, 2019. (AAP Image/Mick Tsikas) NO ARCHIVING

El líder de la oposición federal Bill Shorten y el primer ministro Scott Morrison durante el tercer debate. Source: AAP

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El primer ministro australiano, Scott Morrison y el líder laborista, Bill Shorten, se enfrentaron en el tercer y último debate de cara a los comicios del 18 de mayo, chocando en temas como el cambio climático pero coincidiendo en otros asuntos como las reformas al proceso que permite la destitución del líder de un partido.


El debate de líderes comenzó con el tema del liderazgo, un asunto sumamente incómodo tanto para los laboristas como para los liberales, dados los numerosos cambios de líderes en ambos partidos y la inestabilidad que dichos cambios han generado en el Gobierno.

Por esta razón Morrison y Shorten convinieron en que hay que acabar con la agitación política en contra del líder de cualquier partido y ambos respaldaron la decisión adoptada por sus respectivos partidos para que el proceso que permite cambiar de líder sea sumamente complicado.

Pero el intercambio agradable entre ambos líderes duró poco.
"Lamento haber tenido inestabilidad durante nuestra época y lamento que los australianos hayan votado por un primer ministro y luego terminaron con otro. Pero creo que es necesario cambiar de primer ministro", dijo Bill Shorten.
Scott Morrison respondió presentando otro tema de mayor importancia para los australianos; la jubilación.

El primer ministro acusó al partido Laborista de atacar injustamente a los trabajadores australianos autónomos, algo que Shorten rechazó tajantemente, culpando al Gobierno de montar una campaña sucia para generar miedo entre la población.

El debate pronto se trasladó hacia el tema de la economía australiana, particularmente en el contexto de una posible recesión global.

Ambos líderes coincidieron en la importancia de entregar un superávit presupuestario, pero Morrison insistió en que la capacidad administrativa de su partido para manejar la economía es superior a la del partido laborista.

Y como lo ha dicho en reiteradas ocasiones, el primer ministro volvió a acusar al Partido Laborista de tener planes para introducir más impuestos.
"La economía de un país no crece cobrándole más impuestos al pueblo. El Señor Shorten no ha mencionado la palabra IMPUESTOS una sola vez en este debate. En cambio, habla de reformas y decisiones difíciles, que alude a la posibilidad de un aumento de 387.000 millones de dólares en impuestos. Esto pondrá un peso muerto sobre la economía y sobre todos los australianos" indicó Morrison.
Para conocer los pormenores del tercer y último debate entre los líderes de Australia escucha nuestro informe en el Podcast al comienzo de esta página.


 


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