Estudiantes internacionales se niegan a renunciar a su sueño de estudiar en Australia

Estudiantes internacionales en la Universidad James Cook, en Townsville Queensland.

Estudiantes internacionales en la Universidad James Cook, en Townsville Queensland. Source: SBS Spanish

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Si bien en el 2020 ser estudiante internacional en Australia para muchos se ha vuelto una experiencia poco placentera; serlo en una zona regional es aún más complicado.


Las zonas regionales australianas tienen poco de conocer a los estudiantes internacionales.  Su presencia en esas poblaciones es apenas visible; por lo tanto, de sus necesidades en la época post-COVID poco se sabe y la ayuda que reciben es muy limitada. Sin embargo, estos jóvenes se niegan a abandonar sus sueños.

En el 2019 el gobierno australiano anunció cambios en su programa de migración que ayudarían a direccionar a los recién llegados hacia las zonas regionales de Australia. Estos cambios también contemplaban un flujo importante de estudiantes internacionales hacia diferentes regiones de la provincia australiana, con el objetivo de buscar la transición a la residencia permanente al final de sus estudios. 

Desde entonces miles de estudiantes se han inscrito en universidades y escuelas en zonas regionales y poco a poco su presencia se ha vuelto más visible en esos lugares. Aunque no lo suficiente para subsistir durante una pandemia y allegarse de las ayudas a las que muchos estudiantes internacionales en las grandes ciudades están teniendo acceso.


Puntos destacados: 

  • Familias latinas se unen para apoyar con comida a los estudiantes internacionales
  • Universidades abren bancos de comida
  • La crisis económica en sus países de origen ha dejado la beca de algunos estudiantes en el limbo

Inés Sánchez, una joven de 29 años decidió dejar su país, Panamá, para estudiar una maestría en biología marina en la Universidad James Cook. En enero de este año llegó a Australia. Pero no acababa de desempacar cuando el virus de la COVID-19 comenzó a extenderse por todo el mundo.   

Al principio Inés no se preocupó mucho pues ella traía una beca de su país bajo el brazo y, después de todo estaba en Australia, un país del primer mundo al que seguramente un coronavirus, no podría golpear. Pero conforme pasaron las semanas y las restricciones iban subiendo de tono, el panorama comenzó a cambiar para Inés.
“Ha sido bastante complicado porque la situación económica afectó el mundo entero no sólo aquí, sino también a mi país. Entonces la beca y todos los pagos de la beca se detuvieron, se complicó… tuve que reducir un poco todos mis gastos, la comida, el pasaje y todo, empezar a utilizar la bicicleta para ahorrar pasaje”, comenta Inés.
Estudiantes internacionales esperando turno para entrar al Food Pantry.
Estudiantes internacionales esperando turno para entrar al Food Pantry. Source: SBS Spanish
A esta situación de incertidumbre de Inés se sumó el factor de que ella no se encuentra en alguna de las grandes ciudades como Sydney, Melbourne o Brisbane, en donde se establecen la mayoría de los estudiantes internacionales y eso hace que su presencia sea más visible. 

Inés vive en Townsville, una ciudad de menos de 180 mil habitantes, ubicada en el norte de Queensland. Un lugar al que los estudiantes internacionales apenas comienzan a mirar como destino; esto después de las políticas promovidas por el gobierno para que la gente emigre o se establezca en zonas regionales. 

Al ser pocos los estudiantes internacionales viviendo en esta ciudad, el apoyo para ellos es muy limitado.

Amor y solidaridad de familias latinas

La señora Nancy Arroyave y la señora Marisa Campos, al enterarse que muchos estudiantes estaban enfrentando dificultades económicas sacaron cacerolas y cucharas y se pusieron a cocinar.

Respaldadas por la organización Latin American Students Association (LASA), este par de amigas desde hace tres semanas se las han arreglado para preparar comida gratuita para todo aquel estudiante que lo necesite.

Dos días a la semana doña Nancy y doña Marisa se levantan temprano y antes de las 8 de la mañana ellas ya están en la cocina preparando poco más de 60 almuerzos que deben estar listos antes de las 11 de la mañana.
Doña Marisa Campos (izq) y doña Nancy Arroyave (der).
Doña Marisa Campos (izq) y doña Nancy Arroyave (der). Source: SBS Spanish
Las dos mujeres cuentan que al principio apenas eran unos cuantos estudiantes, pero poco a poco se ha corrido la voz y cada vez tienen más jóvenes esperando su comida. Ante la pregunta sobre si han encontrado obstáculos para seguir adelante con su proyecto de ayudar a estudiantes internacionales, doña Nancy muy segura contesta.
“No lo hemos encontrado. Hemos puesto la disposición y el amor para hacerlo. Entonces ahí, cualquier cosita, cualquier momento, lo que uno tenga. Es una labor muy bonita de verlos a ellos contentos. A veces tú los ves en la fila y se ven todos así (pone cara de tristeza). Entonces sacar una sonrisa es muy importante”, suelta entre risas doña Nancy.

Ayuda en la Universidad

Jennifer Barreto, presidenta de LASA, la organización que en este momento está ayudando, no sólo a los estudiantes latinos de la universidad James Cook, si no a cualquier estudiante que se acerque y quiera tomar la comida gratuita que ofrecen, nos cuenta que la situación de los estudiantes internacionales es un poco más complicada que la de los demás.

“Muchos de los estudiantes vienen con becas sus países y con eso se mantienen. Las personas que vienen con becas de sus países han podido mantener sus entradas de dinero y se han podido mantener durante este tiempo. La gente que viene con sus propios recursos ha tenido dificultades, porque viene un poco ahorros entonces han tenido que depender de otros compañeros o de la universidad”, comenta Jennifer Barreto.

De acuerdo con la presidenta de LASA, en la Universidad James Cook hay poco más de 100 estudiantes de origen latinoamericano o español que buscan destacar en temas como la biología o la biología marina.  

Por lo pronto, en el tema de la comida, los estudiantes de la universidad James Cook, además de este almuerzo gratuito, tienen otra ayuda conocida como el Food Pantry.
Food pantry de la Universidad James Cook.
Food pantry de la Universidad James Cook. Source: SBS Spanish
El Food Pantry es una especie de mini supermercado gratuito que se abre por dos horas dos veces a la semana. En un pequeño salón se han colocado estantes tipo supermercado llenos de comida, y los estudiantes pueden ingresar de dos en dos y tomar hasta 12 artículos que necesiten para subsistir esa semana. Los productos pueden ser desde leche, pan, fruta fresca, lechuga, cereal, arroz, comida en latas, pasta y otros más.

Hasta el momento se han registrado más de 170 estudiantes para recibir esta ayuda. 

El Food Pantry es abastecido por la propia universidad, por organizaciones de caridad, por personas que donan comida y por donaciones de dinero que se hacen a través del portal de la universidad.

¿Renunciar al sueño de estudiar en Australia?

Aunque, con estas ayudas Inés Sánchez va resolviendo algunas necesidades básicas, su gran preocupación es si logrará seguir en la universidad, y por lo tanto en Australia, pues su beca no ha sido pagada desde hace meses. 

De acuerdo con Inés, la institución panameña que firmó el acuerdo para patrocinar sus estudios en Australia no ha hecho ningún depósito y la universidad ya le envío una carta preguntando por el pago. 

El riesgo que está corriendo Inés de perder su oportunidad de seguir estudiando es grande. Pero ella dice que confía en que eso no pase y la crisis económica termine pronto. “He pasado momentos difíciles, pero me ha costado tanto llegar aquí que esa (renunciar a sus estudios) no es una opción. Entonces yo me mantengo positiva y luchar hasta el final hasta poder lograr mi sueño”. 

Escucha la historia completa dándole clic al podcast arriba.



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