Un paramédico colombiano en Australia al frente de la línea de batalla contra COVID-19

Carlos Arena, paramédico colombiano de Victoria, sin  su máscara protectora exclusivamente para tomarse una foto para este artículo.

Carlos Arenas, paramédico colombiano de Victoria, sin su máscara protectora exclusivamente para tomarse una foto para este artículo. Source: Ambulance Victoria (supplied)

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Hay más de 19 000 paramédicos en Australia, uno de ellos es Carlos Arenas, un colombiano al frente de la línea de batalla contra COVID-19 que todos los días arriesga su vida para atender a pacientes en medio de la pandemia. Escucha su historia.


Los hombres y mujeres que realizan labores de medicina y enfermería de primera línea en la sala de emergencia de los hospitales australianos son celebrados como los héroes de la guerra contra COVID-19. 

Pero entre estos trabajadores también está el personal paramédico, que trabaja en los servicios de ambulancia y que en promedio responde a más de 3 millones de llamadas de emergencia anualmente a lo largo y ancho del país.
Me ha tocado casos de COVID positivo, no han estado super enfermos, pero suficientemente graves para llevarlos al hospital.
Entre los más de 19 000 paramédicos empleados a tiempo completo en Australia se encuentra Carlos Arenas, un colombiano que por más de 13 años ha estado trabajando para los servicios de ambulancia del estado de Victoria (Ambulance Victoria).

Carlos inmigró a Australia cuando era niño y tenía solo 11 años cuando veía a su tío, un inmigrante colombiano, volver de su trabajo como asistente de enfermería en el Hospital Alfred, en Melbourne.

“Mi tío trabajaba con pacientes y fue él quien me inspiró a elegir la carrera de paramedicina”, relató el colombiano en entrevista con SBS Spanish.
Carlos Arena, paramédico colombiano de Victoria, sin  su máscara protectora exclusivamente para tomarse una foto para este artículo.
Carlos Arena, paramédico colombiano de Victoria, sin su máscara protectora exclusivamente para tomarse una foto para este artículo. Source: Ambulance Victoria (supplied)
Carlos se desempeña mayormente como paramédico de ambulancias y normalmente lo despachan a trabajar a los suburbios del oeste de Melbourne donde el número de infectados por COVID-19 ha superado el de otras áreas de la ciudad.

Como el resto de los profesionales sanitarios, los paramédicos han tenido que adapatarse a nuevos procedimientos laborales para lidiar con  la pandemia del coronavirus.

“El impacto ha sido fuera de este mundo”, explicó Carlos, “debemos tomar precauciones que son altas y que nos frena en nuestra practica medica”.

Carlos citó el ejemplo de los pacientes con problemas respiratorios que requieren medicamentos en aerosol y que ahora los paramédicos tienen prohibido administrar porque los "pone en riesgo de contraer el virus".

El contacto físico a la hora de atender a un paciente ha sido reducido por los procedimientos que deben implementar y los equipos de protección que deben utilizar para fortalecer la seguridad sanitaria, requerimientos que han aumentado la complejidad de las labores diarias.
Melbourne, May 7, 2002. Police begin investigations at St.Vincents Hospital where a man was shot dead this afternoon. The man, a prisoner under-going medical treatment was shot whilst trying to escape. (AAP Image/Julian Smith) NO ARCHIVING
St. Vincents Hospital, Melbourne Source: DIG
Las calificaciones de Carlos le permiten desempeñarse en el área de respuesta y tratamiento de pacientes que llaman a una ambulancia, por lo que asiste a todo tipo de emergencias médicas y traumáticas fuera del entorno hospitalario en un equipo de dos paramédicos.

Carlos brinda atención antes y mientras un paciente está siendo transportado en ambulancia a un hospital, lo que significa que él y su colega laboral son generalmente los primeros en llegar al lugar de un accidente o emergencia.

Él dijo que trabajar en los suburbios del oeste de Melbourne, los más afectados por COVID-19, lo ha puesto en estrecho contacto con el virus.

“Me ha tocado casos de COVID positivo, no han estado super enfermos, pero suficientemente graves para llevarlos al hospital a que le hagan exámenes y más cuidados”.
El servicio de ambulancias del estado de Victoria emplea a más de 4 000 paramédicos, pero no todos trabajan como Carlos, en la primera línea, donde el riesgo de contagio es mayor.

Al momento en que se publicó este artículo 4 paramédicos en Victoria se estaban recuperándo después de dar positivo a la prueba de COVID-19 y 44 se encontraban en aislamiento.

Carlos confía en que las estrictas medidas de protección, que incluyen el uso constante de una mascarilla, guantes, trajes PPE y gafas protectoras en todas las interacciones con pacientes, lo mantienen seguro, por eso no tiene miedo.
Mi tío trabajaba con pacientes y fue él quien me inspiró a elegir la carrera de paramedicina.
Pero admite que le preocupa el aumento en el número de personas que requieren asistencia debido a problemas de salud mental.

“Hemos notado que los casos de psiquiatría han subido más en estos momentos … por la situación en la que están… de pronto no tienen acceso a sus medicamentos o a las actividades que los [distraía]... están en la casa, más aislados, la mente les trabaja un poco más… entonces requieren nuestra atención, y a veces nos toca ir con la policía”.

Según cifras de Ambulance Victoria, en promedio, un paramédico es asaltado cada 50 horas y algunos de esos asaltos son cometidos por pacientes que experimentan episodios psicóticos. Por esta razón los paramédicos solicitan la protección de la policía cuando tienen que atender a un paciente que padece una enfermedad mental y ha perdido el control.
La crisis de COVID 19 en Victoria también ha ampliado el rol del ejército en el estado y eso se debe a que el premier, Daniel Andrews, alcanzó un acuerdo con el primer ministro, Scott Morrison, para desplegar unos 1.000 miembros de la Fuerza de Defensa Australiana (ADF) para ayudar a realizar el rastreo de contactos, la entrega de elementos esenciales a los residentes de viviendas públicas y participar en actividades comunitarias, así como brindar asistencia a la policía en los puntos de control de vehículos , y ayudar a los paramédicos.

Carlos explica que las personas que llaman a una ambulancia no deben alarmarse si un equipo de paramédicos llega a la puerta de su casa con un oficial del ejército.

“En este momento hay ambulancias que tienen a un soldado en el equipo… son voluntarios medics del ejército y ellos están observando”.
También hay que ver el lado positivo, mucha gente se ha recuperado.
Según el premier de Victoria, el papel clave de los miembros del ejército  sería "apoyar al número inevitable de paramédicos que tendrán que entrar en cuarentena, aislarse, o ausentarse del trabajo debido a la exposición o posible exposición al coronavirus".

Pero Carlos aclara que “a ellos [los soldados] los montarían en una ambulancia de no emergencia”.
Hasta la fecha se han llevado a cabo más de 5,7 millones de pruebas de detección del coronavirus a nivel nacional, de las cuales menos del 1% dieron resultados positivos.

Los estados con el mayor número de personas que se sometieron a la prueba de detección son Nueva Gales del Sur, con más de 1,9 millones y Victoria con más de 2 millones. Estas pruebas han sido esenciales para frenar la propagación del virus.

“Si tenés la nariz un poco moqueada, tenés un poco de piquín en la garganta o un poco de toz, o si te sentís con síntomas de resfriado o gripa, con escalofríos o fiebre, hágase el examen, es mejor prevenir”, aconseja Carlos, a la vez que reconoce que cuando se habla de la prueba para detectar el virus, a mucha gente le da miedo.

No obstante, el paramédico recalca que  también hay que ver el lado positivo, "mucha gente se ha recuperado”, afirma.

Para escuchar el informe completo dale clic al podcast al comienzo de esta página.



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