El gobierno del estado australiano de Nueva Gales del Sur (NSW, siglas en inglés) busca que se prohíba que algunos dueños de apartamentos en esta jurisdicción alquilen sus propiedades en Airbnb.
En un intento por limitar el alquiler a corto plazo de propiedades turísticas se prevé otorgar a las corporaciones que administran los edificios o condominios (Strata owner corporations) el poder de bloquear el alquiler de propiedades a corto plazo si el anfitrión no vive en el lugar que pone en arriendo.
La medida apunta a los inversores que compran apartamentos para ponerlos en alquiler a través Airbnb, pero permite que los propietarios-ocupantes sigan alquilando habitaciones extras o toda la propiedad cuando éstos no estén en casa.
Esta propuesta se deriva de una revuelta de los legisladores estatales sin cartera de la Coalición para regular el mercado del alquiler a corto plazo, un debate que ha tomado alrededor de dos años.
El ministro de Mejores Regulaciones, Matt Kean, intentó previamente impulsar un paquete de medidas que prevenía que la corporación de propietarios pueda prevenir el uso de Aribnb en sus edificios.
Los cambios anunciados en lunes, los anfitriones que viven en el área de Sídney solo podrán alquiler sus casas hasta por 180 días al año. En contraste, no se fijará un tope automático en las áreas regionales, pero cada municipio tendrá la libertad de imponer sus propios topes.
El ministro de Planificación de NSW, Anthony Roberts, dijo que los topes buscan asegurar que Airbnb y otras plataformas no tengan un impacto negativo en el acceso de los ciudadanos a las viviendas de alquiler, según la ABC.
Asimismo se buscará establecer un código de conducta obligatorio para las plataformas de alojamiento en línea para abordar problemas como los niveles de los sonidos y la perturbación del orden por parte de los invitados.
Tanto los anfitriones como los invitados que cometan dos faltas graves a este código de conducta serán prohibidos de participar en las plataformas de alojamiento de corto plazo por cinco años. Las empresas que contravengan este código podrían ser multados como más de un millón de dólares, mientras que las personas naturales con 200,000.
El portavoz de la Red de Corporaciones de Propietarios de Australia, Stephen Goddard, dijo que espera que las casas destinadas a las fiestas sean algo del pasado con el nuevo código de conducta, al recordar que algunas propiedades fueron destrozadas o dañadas por los invitados.
La propuesta fue recibida con complacencia por el gerente de Australia y Nueva Zelanda de Airbnb, Sam McDonagh, quien recordó que esta empresa tuvo 1,6 millones de invitados en los últimos doce meses.
Pero su rival Stayz, que es dueña de HomeAway, comentó que se trata de una medida “retrógrada” y tiene el potencial de aumentar los costes y cercenar el potencial del sector de los alquileres a corto plazo, así como atenta contra los derechos a la propiedad, según dijo Eacham Curry, directivo de la plataforma.
