Sinopsis:
Costa Rica acudió a las urnas para elegir a un nuevo presidente y a sus dos vicepresidentes en unas elecciones de segunda vuelta que enfrentaron al exmandatario José María Figueres, candidato del partido de centroizquierda Liberación Nacional, y al economista y exministro de Hacienda Rodrigo Chaves, del conservador partido Progreso Social Democrático.
La cita electoral estuvo marcada por la poca afluencia de votantes y un ambiente de tranquilidad desde que abrieron las mesas para decidir quién será el próximo presidente del país centroamericano que enfrentará el desempleo y la crisis económica.
Costa Rica registra un alto índice de pobreza al cierre de la administración de Carlos Alvarado. El 23% de los costarricenses está por debajo de la línea de la pobreza, acompañado por una caída abrupta del empleo entre 2019 y 2020, registro que ahora se ubica en el 14%.
Por otro lado, acarrea una deuda pública superior a los 42 mil millones de dólares, equivalente al 70% de su Producto Interno Bruto, y es una de las más altas de América Latina. Para solventarla, adquirió un préstamo del Fondo Monetario Internacional de superior a los 1.700 millones de dólares.
Durante la campaña electoral, los dos candidatos presidenciales se agredieron constantemente. El país conoció que Rodrigo Chaves, del joven Partido Progreso Social Democrático, fue sancionado en 2019 por el Banco Mundial por denuncias de acoso sexual que interpusieron trabajadoras por hechos ocurridos 14 años antes.
Sin embargo, encabezaba las encuestas por una mínima diferencia. Propone achicar el gasto público por los trabajadores estatales, reducir las cargas sociales y las dificultades hacia la inversión y los emprendimientos.
No obstante, el mensaje central de su plataforma se centró en la lucha contra la corrupción, flagelo que le adjudicó al Partido Liberación Nacional (PLN) que representa José María Figueres.
Mientras que José María Figueres, quien fue presidente de Costa Rica entre 1994 y 1998, tiene la sombra de la corrupción detrás por acusaciones de cuando ya no era mandatario, pero que lo llevaron a exiliarse en Suiza por casi ocho años durante la investigación.
Figueres basó su discurso en su experiencia como expresidente y en cargos internacionales como el que ocupó en el Foro Económico Mundial. En cuanto a propuestas, prometió programas para reactivar la economía y la generación de empleo.
Si bien 3.5 millones de personas estaban habilitadas para emitir el sufragio, las encuestas previas mostraban un empate técnico con ganador incierto y a un tercio del electorado apelando a un 'voto castigo', lo que dejaba claro el descontento social que existe ante la casta política.
La investigadora de la Universidad de Costa Rica, Sharon Camacho, analiza por qué los datos desde 1998 hasta 2022 confirman que el 40 por ciento de ticos habilitados no acude a votar.
El candidato que gane la Presidencia de Costa Rica debe contar con el respaldo de al menos el 40% de los votos válidamente emitidos. El ganador asumirá el próximo 8 de mayo para gobernar de 2022 a 2026.
