Tensión, caos, miedo y sensación de rechazo en las torres confinadas en Melbourne por COVID-19

Tensión en las torres confinadas en Melbourne

James Ross Source: AAP

El confinamiento en las nueve torres de vivienda pública confinadas desde el sábado por el rebrote de COVID-19 se realiza bajo fuertes medidas de seguridad en un contexto de miedo, caos y sentimientos de discriminación por parte de los residentes, entre ellos ancianos de habla hispana que no hablan el inglés.


El estado de Victoria ha estado viviendo días intensos, con incrementos preocupantes en el número diario de casos confirmados de coronavirus. El martes se reportaron 191 nuevos casos en Victoria, el máximo incremento diario durante la pandemia hasta el momento.

En medio de las preocupaciones, unos 3,000 residentes de nueve torres de viviendas públicas de Melbourne que fueron cerradas completamente por las autoridades, cumplen su cuarto día de cuarentena bajo estricta custodia policial. En ese lugar se han registrado al menos medio centenar de caso desde su confinamiento.

Los residentes se han quejado de las condiciones de su confinamiento, y algunos han denunciado que no les ha llegado los insumos prometidos por las autoridades, incluyendo comida y medicinas, mientras otros se sienten vilipendiados por los comentarios de políticos y en las redes sociales que vinculan la pandemia con cuestiones culturales o religiosas.


Puntos destacados:

  •  Victoria registró el martes 191 nuevos casos de COVID-19, el máximo incremento diario durante la pandemia en este estado.
  • Unos 3,000 residentes de nueve torres de viviendas públicas de Melbourne que fueron cerradas completamente por las autoridades, cumplen su cuarto día de cuarentena bajo estricta custodia policial.
  • Muchos residentes, que pertenecen a la población vulnerable y algunos de ellos hispanos, sienten miedo y confusión por la presencia policial, así como humillación por los comentarios que vinculan la pandemia con su origen, su cultura o religión. 

“Es bastante denigrante ... no podemos caer en esto”, dijo a SBS Spanish, la trabajadora social de United, la venezolana Karina Agelvis, al comentar cómo se sienten muchos de los residentes de estas torres, entre ellos personas que han sufrido por los conflictos en sus países o ancianos de habla hispana.

Las torres además están fuertemente resguardadas por la Policía, una situación que causa “mucho miedo” entre los residentes, especialmente “entre las personas mayores que están completamente solas y no saben el idioma”, precisó Agelvis.

Por su parte, el subdirector médico Michael Kidd ha advertido que el brote de coronavirus en Victoria es un asunto de trascendencia nacional que demuestra que la pandemia no ha terminado.

Asimismo, aseguró que no se debe culpar a los que están encerrados en Melbourne por el aumento de las infecciones.

"La mayoría de las personas que se encontraron encerradas en Melbourne, al igual que la mayoría de las personas en toda Australia, han estado haciendo lo correcto. Estas personas han mantenido el distanciamiento físico. Se han quedado en casa cuando no se sienten bien. Han cuidado su higiene, lavándose las manos y cubriéndose cuando tosen o estornudan. No se les debe culpar de ninguna manera".

La confusión se extiende a los Policías

La trabajadora social de habla hispana comentó que muchos residentes perciben el caos y la confusión en cuanto a las normas, al explicar que sabe del caso de una persona que pudo salir con su cuidadora a una cita médica, mientras que en otro caso uno de sus compañeros no pudo llevar comida a uno de los clientes hispanos que viven en estos complejos de vivienda pública.

Desde fuera la situación se percibe con desconcierto, dado que los vecinos ven todo el movimiento de seguridad y los bloqueos alrededor de estas torres.

“Se siente un poco intimidante por la presencia de la policía alrededor. Hay presencia de la policía alrededor de todos los edificios en este sector, en este suburbio precisamente de Kensington y North Melbourne”, comentó a SBS Spanish Carolina Vargas, una colombiana que vive frente a una de estas torres.

En las afuera de las torres, grupos de voluntarios han llevado comida y juguetes para los niños, para asistir a los residentes en su encierro, que podría extenderse a más de los 5 días inicialmente anunciados, mientras las autoridades de Victoria hacen lo posible por llevar alimentos y atender las necesidades de los residentes.

Kon Karapanagiotidis, del Centro de Recursos para Solicitantes de Asilo, dice que esto incluye suministrar hasta mil comidas culturalmente apropiadas.

"(Ni importa) si usted es un australiano de origen anglosajón, de tercera o cuarta generación o si es una familia de refugiados sudaneses o somalíes recién llegados, nuestra comida es para todos y es importante ser inclusivo".
También se han presentado situaciones de mucha tensión.

Según anunció el jefe de la Policía de Victoria, Shane Patton, un residente de 32 años fue arrestado tras haber intentado escapar.

"Se produjo una pelea y la policía fue agredida. El hombre mordió a uno de los agentes por lo que fue detenido y está siendo procesado por agredir y resistir a la policía y por un intento de violación de COVID-19".

El sargento Wayne Gatt, de la Asociación de la Policía de Victoria, dice que el descontento no es sólo de parte de los residentes, sino también de aquellos que intentan hacer cumplir el bloqueo.

"Existe cierta frustración con el apoyo disponible aquí, no solo para la policía sino también para la comunidad en general en cuanto a la cantidad de recursos humanitarios".

Pero el jefe de Policía de Victoria, Shane Patton, mantiene que la fuerza está bien equipada para el trabajo.

"Tenemos recursos más que adecuados para poder desplegar 500 policías por día en estas nueve torres"

Por su parte, el premier de Victoria, Daniel Andrews también ha defendido la respuesta.

"Es muy difícil desplegar una operación tan rápida como esta, pero se basa en las recomendaciones de salud pública, es nuestra única opción. La situación es seria, es real, y nadie tiene ninguna excusa más que tomarse esto en serio. De lo contrario, terminaremos todos en la misma situación que la de los códigos postales bloqueados. Nadie quiere eso".

Con el cierre de las torres por al menos cinco días, y posiblemente hasta 14, la carrera continúa para proporcionar a los inquilinos los suministros esenciales.

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